La pandemia de COVID-19 y la desaceleración económica subsiguiente no solo crearon una gran incertidumbre en los mercados globales, sino que también expusieron la falta de preparación de muchas empresas para asistir la salud mental de sus empleados en tiempos de crisis.
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Una encuesta global de Headspace Health encontró que si bien el 71 % de las empresas implementaron iniciativas y estrategias para mejorar la salud mental de sus colaboradores durante la pandemia, sólo el 25 % las ha mantenido a lo largo de estos dos últimos años de recuperación económica y regreso a las oficinas.
El efecto del estrés y la ansiedad alcanza a directivos y empleados por igual. El 83 % de los CEOs y el 70 % de los empleados que formaron parte del sondeo de Headspace Health, dicen haber perdido al menos un día de trabajo a causa del estrés, agotamiento y otros retos de salud mental. Este fenómeno ya había sido señalado previamente por la Organización Mundial de la Salud, que alertó sobre un aumento del 25 % en las tasas de ansiedad y depresión a nivel global durante el primer año de la pandemia.
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“La necesidad de avanzar iniciativas que fortalezcan la salud mental de los empleados y prevenir el agotamiento crónico, se ha convertido en una necesidad del mercado”, asegura Carolina Diaz, directora People and Culture ManpowerGroup Colombia, compañía líder en servicios innovadores de capital humano. “Antes, hablar de salud mental o procurar el bienestar del trabajador era una responsabilidad de recursos humanos. Ahora es una habilidad en demanda de cualquier líder y debe ser incorporada en la estrategia de la empresa para alcanzar sus objetivos organizacionales”.
No sólo está en el interés de los empleados desarrollar estrategias y asignar recursos para mejorar las condiciones de salud mental en el ámbito laboral; también es relevante para inversionistas y directivos de las organizaciones. La OMS estima que el costo global de la depresión y la ansiedad asciende a cerca del trillón de dólares, a causa de la productividad perdida anualmente.
“Proveer un apoyo oportuno y sostenido a la salud mental de los trabajadores no es sólo una responsabilidad ética, sino una obligación de toda organización con sus empleados y también con sus inversionistas”, afirma Díaz.
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El apoyo en temas de salud mental a los empleados no sólo aumenta su productividad, sino que les ayuda a llevar vidas más felices y saludables, e incluso, en algunos casos, a salvarlas.
La ejecutiva de ManpowerGroup identifica cinco estrategias que las empresas pueden adoptar para favorecer la salud mental de sus empleados.
1. Proveer sesiones de asesoramiento y coaching
Procurar sesiones de terapia o coaching con profesionales certificados, sean parte de la empresa o contratados, sin costo para los empleados, es un recurso que puede proveer bienestar y mitigar los efectos del estrés y la depresión.
También es importante proporcionar acceso a líneas directas de salud mental para que los empleados puedan acceder rápidamente a la ayuda cuando la necesiten.
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2. Ofrecer acceso a apps de meditación y recursos de salud mental en línea
Una forma de brindar apoyo es proveer una suscripción gratuita para los empleados a apps de meditación y bienestar. También, abrir las puertas a otros recursos informativos en línea, que pueden incluir seminarios o sesiones interactivas para ayudar a los colaboradores de la organización a lidiar con pensamientos negativos, malos hábitos y así promover cambios positivos en su salud mental.
Entre los recursos de salud mental que una empresa puede ofrecer está asegurarse de que la cobertura del seguro de salud de los empleados de la compañía incluya la atención de profesionales en salud mental.
3. Promover un balance entre la vida laboral y la vida personal
Diseñar y sostener una política de cuidado personal, desde el liderazgo de la empresa, es esencial para disminuir los niveles de agotamiento crónico, e incluso ayuda a reducir los altos niveles de rotación que ponen en riesgo el cumplimiento de los objetivos de cualquier empresa.
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Para alcanzar un balance satisfactorio entre la vida personal y la vida laboral, la empresa puede adoptar medidas como restringir el envío de correos o mensajes de trabajo durante el fin de semana y fuera del horario laboral. También es recomendable fomentar pausas activas, recalcar la importancia de tener suficientes horas de sueño de calidad y desalentar pŕacticas como tomar el almuerzo en el escritorio mientras se trabaja.
Del mismo modo, es esencial analizar la carga laboral de los empleados y realizar los ajustes pertinentes en caso de que algún empleado esté muy sobrecargado. Independientemente de si el análisis es conducido por el líder de la empresa, a través de una auditoría o del reporte de horas trabajadas por los mismos colaboradores de la organización, es necesario asistir a los empleados con exceso de trabajo para que la situación no perdure en el tiempo y encontrar maneras de compensarlos o demostrar aprecio por haber ido más allá de las expectativas.
4. Permitir una mayor flexibilidad para tomar tiempo libre para aquellos colaboradores que lo necesiten
Una forma novedosa de mitigar los efectos del agotamiento crónico, disminuir niveles de estrés y fomentar la creatividad de los empleados, es la flexibilización de las políticas empresariales para tomar tiempo libre e incluso el aumento del tiempo de vacaciones pagadas.
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Alejarse temporalmente de las responsabilidades del empleo, así como trabajar en entornos flexibles, son aspectos fundamentales del cuidado personal que pueden ayudar a equipos enteros a sentirse más cómodos al momento de tomar un descanso cuando lo necesitan.
5. Alentar a los líderes de la organización a hablar abiertamente de salud mental
La salud mental ha sido estigmatizada por mucho tiempo y el cambio de paradigma debe producirse desde el liderazgo, para que los colaboradores de la organización puedan hablar libremente cuando lo necesiten, en un ambiente seguro, y así mejorar la salud mental de forma transversal al interior de la organización.
Una de las tácticas empleadas a nivel global es que sean los mismos líderes quienes hablen transparentemente de los retos que están enfrentando, mostrando vulnerabilidad y confianza con los demás miembros de la organización. Esta práctica promueve la compasión y la sinceridad, aumenta la camaradería y estrecha los lazos en los equipos de trabajo.
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