Dormir bien es esencial para lograr el máximo potencial de las personas, pues permite mejorar la creatividad, reduce la depresión, disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, estimula el sistema inmune, consolida los procesos de aprendizaje, ayuda al desarrollo neurocognitivo y permite la recuperación de las diferentes neuronas del cerebro, clave para el óptimo funcionamiento del organismo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que a nivel mundial se han detectado más de 88 afecciones distintas relacionadas no dormir adecuadamente, siendo el insomnio crónico y transitorio los casos más comunes, afectando al 10% y 40% de la población mundial, respectivamente. Algunos síntomas pueden ser la somnolencia diurna constante, respiración variable, aumento del movimiento durante el sueño y la dificultad para conciliar el sueño y sueño fragmentado.
Sergio Francisco Ramírez, neurólogo, neurofisiólogo y docente de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS), advierte que “el descanso es fundamental para lograr un desarrollo adecuado del cuerpo tanto física como neuronalmente. Por esto, se manejan diferentes tiempos de descanso dependiendo del rango etario de las personas. En los recién nacidos, por ejemplo, es importante dormir entre 16 y 18 horas al día debido a que en ese espacio desarrollan sus funciones cognitivas y físicas. Los niños en edad escolar, por su parte, deben reposar entre 10 y 12 horas, mientras que los adolescentes y adultos descansan alrededor de 9 y 8 horas diarias, respectivamente”.
La duración, continuidad y profundidad del sueño son aspectos claves para el descanso. Sin embargo, los factores más recurrentes que impiden ingresar en las fases profundas del sueño están asociadas al estrés diario, ansiedad, depresión, problemas respiratorios y cardíacos, enfermedades sistémicas y neurológicas, dolores musculares, y a malos hábitos como hacer ejercicio antes de dormir e ingerir alcohol, sistancias estímulantes y cafeína antes de dormir.
“Existen factores externos que afectan el descanso. El no tener un estilo de vida saludable dificulta que el cuerpo logre descansar propiamente, al igual que no contar con un colchón y almohada en buen estado. Es recomendable tratar de dormir a la misma hora todas las noches, evitar el ruido, la luz y aparatos electrónicos como el celular, computador, videojuegos e incluso relojes. También es importante tener el espacio aseado y evitar ambientes muy fríos o muy cálidos. Es fundamental no realizar ejercicio antes de acostarse y evitar cenas con mucha comida ”, continúa el doctor Ramírez.
El Ministerio de Salud advierte que en Colombia se presentan más de 83 mil consultas médicas anuales por problemas con el sueño. Además, según la Asociación Colombiana de Medicina del Sueño (ACMES), el 59% de los colombianos padece de problemas a la hora de dormir y el 45% de la población requiere de pastillas para descansar.
A nivel global el panorama también es preocupante. Un estudio sobre el impacto del sueño realizado en la Universidad de Loughborough (Inglaterra) demostró que más de 200 millones de personas en el mundo sufren de afecciones a la hora de dormir. “El sueño es una necesidad. Las personas que no descansan lo suficiente al día siguiente tienen somnolencia durante la jornada, irritabilidad, dolor de cabeza, pérdida de la concentración, dificultades en el aprendizaje, la memoria, y la atención. Desde los análisis que realizamos en la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud, hemos evidenciado que el mal sueño puede llegar a generar cambios neuropsiquiátricos como la depresión y la ansiedad”, concluye el especialista en neurología y neurofisiología.
Otras causas que alteran el sueño son:
- Insuficiencia cardíaca congestiva.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc).
- Reflujo.
- Enfermedades reumatológicas y psiquiátricas.
- Diabetes.
- Hipertiroidismo.
- Obstrucciones de la vía aérea superior.
En caso de padecer insomnio u otras afecciones del sueño, se recomienda consultar al especialista en trastornos del sueño, para iniciar inmediatamente con procedimientos integrales como la terapia conductual, tratamiento de primera línea para el insomnio. Es clave evitar la automedicación ya que puede llegar a afectar otros organismos del cuerpo.