El uso de células madre humanas en los últimos años ha mostrado resultados positivos en tratamientos contra enfermedades autoinmunes, alteraciones del sistema locomotor como la artrosis, síndrome metabólico e incluso como una propuesta de antienvejecimiento.
De hecho, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés), ha reconocido su uso recientemente como una propuesta segura, con potencial para tratar patologías importantes de salud y mejorar la calidad de vida de las personas.
“Es muy numeroso y heterogéneo el grupo de enfermedades que se han propuesto como tratables con esta alternativa de terapia celular. Las primeras experiencias exitosas se lograron con las pruebas clínicas para el manejo de la enfermedad de injerto contra huésped, sin embargo, esas experiencias se han ampliado para contrarrestar otras patologías”, agrega Carlos Hugo Escobar, director científico de Trustem
Pero, para poder lograr lo mencionado por el Doctor Escobar, Trustem tuvo que trabajar en un proceso seguro que certifique que las células madre sean producidas y manipuladas en condiciones idóneas.
Igualmente, y reafirmando lo mencionado, el portal www.clinicaltrials.gov, especializado en el registro de ensayos clínicos y administrado por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, cuenta con cerca de 400 estudios del uso de células madre en el tratamiento de diversas patologías. Algunos de estos, evidenciaron como única secuela, respuestas inflamatorias leves que no comprometieron la salud de los pacientes, sino que, al contrario, mejoraron su calidad de vida sustancialmente.
Y es que, el uso de células madre humanas también se ha convertido en un aliado para ganar la batalla contra la pandemia. Su uso ya se ha implementado en lugares como Asia, Europa y Estados Unidos, generando un impacto positivo para contrarrestar el COVID-19. En países como España, han llegado incluso a reducir hasta en un 70% la mortalidad.
Estos resultados y evidencia han hecho que los mitos que se tenían en cuanto al uso de células madre sean dejados de lado, y hoy se convierta en una alternativa real. Pues esta “es una propuesta que rompe con varios de los paradigmas que han sustentado la práctica médica durante mucho tiempo”, sostiene Escobar.
Dado todo esto, y con base en la evidencia que demuestra que las células madre mejora la calidad de vida de los pacientes, países como Colombia, Chile y México, los más avanzados en estudios de su uso en la región, continuarán trabajando para que cuando llegue el momento, esta sea una alternativa real de tratamiento.