Los lácteos y principalmente la leche son alimentos que se consumen con frecuencia, y son una excelente fuente de calcio. Este es un alimento idóneo para consumir en las diferentes comidas del día, no solo por su delicioso sabor, sino también porque aporta energía, proteína y otros nutrientes básicos para la alimentación humana.
La leche contiene proteínas de alta calidad, lactosa, grasa, vitaminas y minerales como calcio, fósforo, magnesio, manganeso, zinc. Adicionalmente, provee más de 100 sustancias que se encuentran en solución, suspensión o emulsión en agua y que resultan benéficas para la salud humana, más allá de la contribución de nutrientes.
Para reconocer el valor de una proteína en cualquier alimento, es importante tener en cuenta la cantidad de proteína total, tipo de aminoácidos que tiene, cuántos aminoácidos esenciales están presentes y en qué proporción. Para ello, se han definido varios métodos para su valoración, uno de ellos la Puntuación de aminoácidos corregida por la digestibilidad de proteínas (PDCAAS) que ha sido reconocida desde el año 1993 como el mejor método para reconocer la calidad proteica en un alimento.
Con base en esto, resulta que la leche de vaca hace parte de los alimentos considerados con proteínas de gran calidad junto con los huevos, la proteína de soya, entre otros. Sin embargo la proteína de soya, siendo de fuente vegetal, tiene una absorción solamente del 70%.
“El consumo de leche y derivados es un elemento importante en una dieta sana y equilibrada, y en este orden de ideas, llama la atención que en Colombia se consume menos leche de lo recomendado. Lo ideal es tomar entre dos y cuatro raciones de lácteos por día, esto por supuesto, varía según la edad y circunstancias individuales”, afirma Patricia Savino, nutricionista dietista de la Pontificia Universidad Javeriana.
Con el fin de aclarar algunas dudas entorno al consumo de este alimento, a continuación Savino desmitificará algunos mitos existentes:
Las personas intolerantes a la lactosa no pueden consumir leche: FALSO
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Cerca de dos tercios de la población del mundo tiene deficiencia de lactosa, una cifra bastante significativa. Sin embargo, esto no es un impedimento para que dichas personas tengan prohibida la leche para toda la vida. ¡La solución no es eliminar los lácteos! Primero, hay que determinar el grado de intolerancia (bajo, medio, alto), y de esta manera determinar qué productos consumir. Hoy en día hay muchas ofertas en los supermercados y una gran alternativa para estas personas es la leche deslactosada que también es una buena fuente de proteínas y calcio.
Por otro lado, las bebidas lácteas fermentadas (yogures) se toleran mejor que la leche, aunque depende del nivel de deficiencia de lactosa deben consumirse en cantidades moderadas. Adicionalmente los quesos son naturalmente bajos en lactosa y pueden consumirse como alternativa de la leche cumpliendo con los requerimientos de este grupo de alimentos y portando los nutrientes requeridos.
La leche no debe consumirse durante el embarazo: FALSO
Contrario a lo que se rumora, los lácteos durante el periodo de embarazo son elementales para la nutrición del bebé y la madre. De hecho, según un estudio realizado por el Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud de la Universidad CEU San Pablo (Madrid), la ingesta materna de leche durante el embarazo se asocia positivamente con el peso adecuado y la longitud del bebé en el momento del nacimiento.
Además es fuente de yodo, el cual contribuye con el desarrollo neurocognitivo y con el coeficiente intelectual. De esta manera, la leche genera una influencia sobre la salud del niño a corto y largo plazo, así que la invitación para las mamás gestantes es a consumir entre dos y tres raciones de lácteos diarios durante este periodo.
La leche no es necesaria para la mejora de la salud en la fase adulta: FALSO
En repetitivas ocasiones se ha afirmado que los seres humanos somos los únicos mamíferos que seguimos tomando leche después del amamantamiento y que esto no es necesario o que solo se debe consumir en la etapa de crecimiento. ¡Esta es una afirmación falsa! En la vida adulta este alimento contribuye al mantenimiento de la matriz ósea y a la reducción del riesgo de fractura, en especial, en la incidencia de fracturas osteoporóticas en mujeres mayores.
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En el caso de los adultos mayores es eficaz para prevenir la desnutrición y la sarcopenia, caracterizada por la pérdida de la masa y funcionalidad muscular, así como de la fuerza ósea.
La leche agrava los problemas cardiovasculares: FALSO
¡Todo lo contrario! Diferentes tipos de estudios afirman que el consumo de productos lácteos, ya sea con un contenido de grasa regular o bajo, no afecta negativamente el riesgo de enfermedades cerebrovasculares y por el contrario, muestran bajo riesgo o no relación con el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.
Incluso, el consumo de lácteos se asocia a una disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad, afirmación que ha sido soportada por diversas investigaciones realizadas. Una de ellas es de la revista “The Lancet” en el estudio PURE (Prospective Urban Rural Epidemiology) con la cual se concluyó que las personas que consumen más de dos raciones de lácteos muestran menos riesgo de presentar un evento compuesto.
El consumo de leche es causante del cáncer colorrectal: FALSO
Esta patología gastrointestinal representa la segunda causa principal de muerte por cáncer en todo el mundo. Según un informe del Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (AICR) y el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF),un mayor consumo de lácteos representa un 24% de menor riesgo de incidencia del cáncer colorrectal (CCE) gracias al calcio que estos aportan.
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