El doctor Germán Camacho Moreno, infectólogo pediatra, vicepresidente de la Asociación Colombiana de Infectología, afirma que, la vacunación es una estrategia de autocuidado que disminuye el riesgo de enfermar y morir; este mecanismo de prevención, reduce el riesgo de hospitalización y de necesitar antibióticos. Es de considerar que, las vacunas también generan protección indirecta, muchas de ellas disminuyen la colonización por microorganismos y el riesgo de contagiar a otras personas.
La vacunación es considerada como una práctica positiva y eficaz para la prevención de enfermedades, en total, se estima que las vacunas salvan entre 2 y 3 millones de vidas cada año.
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Por otro lado, es importante saber que los antibióticos son muy útiles para tratar las infecciones bacterianas y contribuyen a salvar muchas vidas, sin embargo, de no tener un manejo adecuado, puede generar efectos negativos como la resistencia bacteriana, por esta razón, es primordial evitar la auto formulación y el uso debe darse únicamente de acuerdo a la dosis y tiempo indicado por el especialista, agrega el doctor Camacho.
Se debe tener en cuenta que, “a nivel mundial se registran más de 700 mil muertes anuales, debido a infecciones por bacterias resistentes a los antimicrobianos, lo que se ha convertido en un serio problema de salud pública que podría ocasionar 10 millones de decesos en los próximos 25 años y dejar pérdidas económicas que superarían los 100 billones de dólares para el año 2050”, así lo determina la Organización Panamericana de la Salud, OPS.
Es evidente que, la pandemia por el coronavirus ha potencializado la resistencia antimicrobiana, esto debido a una mayor prescripción de antibióticos de amplio espectro y por periodos más prolongados, inclusive empleando combinaciones de varios medicamentos. Este uso masivo de antibióticos no solo aumenta la presión selectiva para bacterias multirresistentes, sino que además puede tener efectos tóxicos, por ejemplo, dañar los riñones, los oídos y el hígado, entre otros órganos.
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Por lo anterior, el doctor Camacho, comparte algunas estrategias de autocuidado que pueden ser implementadas para disminuir la resistencia antimicrobiana, entre ellas:
- La higiene de manos. Evita el riesgo de transmisión de microrganismos.
- El autoaislamiento y uso del tapabocas cuando se tengan enfermedades contagiosas, como, por ejemplo, enfermedades respiratorias.
- Evitar la automedicación.
- Mantener los esquemas de vacunación al día. Las vacunas son una medida para combatir la resistencia bacteriana, dado que, al disminuir las enfermedades infecciosas disminuye el consumo de antibióticos.
- Mantener un estilo de vida saludable, con adecuada alimentación y ejercicio, disminuye el riesgo de enfermar y de hospitalización.
Las vacunas junto con el agua potable son las medidas de salud pública que más salvan vidas.
“Las vacunas han demostrado ser seguras y eficaces, por lo cual es importante cumplir los esquemas de vacunación a lo largo del ciclo de vida, las vacunas no son solo para los niños, como se pudo evidenciar durante la pandemia de COVID 19, las vacunas también son necesarias en los adultos sanos y en los adultos que tienen un mayor riesgo complicaciones” así lo señala el vicepresidente de la Asociación Colombiana de Infectología.
A eso suma que, “los antibióticos también salvan muchas vidas y es necesario usarlos adecuadamente, para disminuir el impacto que tienen sobre la resistencia bacteriana. La resistencia bacteriana es un problema de salud pública a nivel mundial, y es responsabilidad de todos los actores combatirla”, concluye el doctor Camacho.
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