De un momento a otro, la tecnología (que venía instalándose poco a poco en las empresas) se convirtió en un punto crítico. Para el mundo de la informática, el cambio no fue tan grande, pero para otras industrias la aceleración tecnológica impulsada por las restricciones sanitarias debido a la pandemia fue un cambio del cielo a la tierra.
Muchos webinars, reuniones virtuales y nuevas formas de organizar el trabajo comenzaron a ejercer una presión nunca antes vista en muchas personas, especialmente, en aquellas que no estaban familiarizadas con la tecnología. Pero, ella no puede ser nuestra enemiga ni debemos temerle. Si la gestionamos adecuadamente, podemos guardar el equilibrio entre la vida personal y laboral y adaptarnos a las actualizaciones constantes de software y hardware de nuestros dispositivos.
“No podemos permitir que el miedo a lo desconocido nos paralice, más bien tenemos que alinearnos con el aprendizaje continuo para enfrentar cada nuevo desafío. Hoy, el trabajo remoto es la tónica y la tecnología lo ha hecho posible. Pero ella está presente prácticamente en cada cosa que hacemos, convive con nosotros a diario aunque sea una pantalla la que la hace más evidente”, afirma Marcelo Melamed, Recursos Humanos, Lumen, LATAM.
Usamos tecnología al encender la lavadora, al guardar nuestros alimentos en el refrigerador, al encender el televisor. ¿Entonces? ¿Por qué temerle cuando la utilizamos en el computador? Usemos la tecnología para nuestro provecho, apoyémonos en ella para ser más eficientes, mejorar nuestra productividad y generar nuevos proyectos.
Acorde a resultados del estudio sobre Tecnoestrés 2020* del Observatorio de Prevención de Riesgos Laborales, del Instituto de Seguridad, Salud y Bienestar Laboral (ISBL), realizado en países de habla hispana, el 42% de trabajadores considera que la tecnología le genera consecuencias negativas y el 20% dice sentirse agotado siempre o con frecuencia después de hacer uso de las tecnologías, y que el empleo de las TIC conduce a trabajar con plazos muy ajustados siempre y a contrarreloj algunas veces.
Según el Instituto de Seguridad Laboral de Chile**, algunas sugerencias para disminuir el impacto del estrés originado por el teletrabajo van desde tener el computador en una habitación diferente al dormitorio, hasta mantener la rutina como si se estuviera en la oficina y realizar una pausa en la mañana, una en la tarde y mantener el horario de almuerzo.
Otro punto importante es desconectarse de los dispositivos electrónicos y, por ende del correo electrónico cuando se termine la jornada, como una forma de separar el espacio laboral del personal; así como realizar actividades de ocio que no se relacionen con la tecnología como leer o hacer deporte en casa.
Disfrutemos del tiempo que ganamos gracias a la virtualidad, que nos permite ir al médico sin tener que trasladarnos o asistir a reuniones desde la comodidad de casa si estamos trabajando en modalidad remota. Pero también regalémonos un tiempo de desconexión, porque para ser productivos en el trabajo y estar bien para nuestras familias, dormir bien y hacer pequeñas pausas en medio de la jornada laboral, es tan importante como aprender a usar las nuevas tecnologías a nuestro favor.