La oscuridad y la soledad, dos perfectas cómplices de la criminalidad. Así es el panorama del Anillo Vial Occidental y la vía que lleva a las torres de Cormoranes, en la ciudadela Juan Atalaya, luego de que el puesto de control de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) que estaba ubicado a pocos metros de este lugar, dejara de funcionar.
El homicidio de Enderson Manuel Molleja Betancurt, de 23 años, ocurrido la noche del domingo, deja entrever que cualquier flexibilidad por parte de las autoridades en esta zona, es aprovechada por los criminales y delincuentes para hacer de las suyas.
La víctima fue atacada con cuatro impactos de bala, tres de ellos en la cabeza y uno en el antebrazo derecho, dejándola sin vida de inmediato.
De los homicidas no hay ni una remota pista. Nadie vio ni escuchó nada, además, el conjunto de edificios queda muy distante de donde apareció muerto Enderson Molleja. La Mecuc fue alertada del hecho cuando un transeúnte que pasó por este lugar antes de las 7:00 p.m., se percató de que el joven estaba tendido en la mitad de la carretera en el sector conocido como la trocha de Cormoranes, por lo que en la calle 14 con avenida 8, del barrio Ospina Pérez, le avisó a una patrulla de uniformados del hecho.
Cuando los policías arribaron al lugar, se percataron de que Enderson Manuel había sido baleado, por lo que alertaron a los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) para que se encargaran de la inspección y el levantamiento del cadáver.
Llegó de viaje
Molleja, cargaba un bolso, tenía un sombrero negro y tapabocas negro. Además, llevaba puesto unos audífonos cuando fue atacado a disparos.
Según se conoció, a la víctima le encontraron un pasaje, lo que les indicó a las autoridades que tenía pocos minutos de haber llegado a Cúcuta, procedente de Armenia, desconociendo los móviles del crimen.
“Pareciera que se hubiera quedado por la entrada del Anillo Vial Occidental y empezó a caminar hacia Cormoranes, cuando lo mataron”, explicó una fuente judicial.
Por ahora, las autoridades avanzan en las pesquisas para esclarecer a qué se dedicaba la víctima y así, empezar a armar el rompecabezas de esta macabra historia, que se está repitiendo día tras.
Quitaron el puesto de control
Hasta hace poco, a menos de 300 metros de donde ocurrió el reciente crimen, había un puesto de control de la Policía Metropolitana de Cúcuta, en el que los uniformados custodiaban este temeroso lugar día y noche, pues el año pasado aparecieron varias personas asesinadas en ese punto.
Sin embargo, por órdenes del comando de la institución, según se conoció, este puesto fue removido, por lo que este sector quedó a merced de los violentos, que, desde hace algún tiempo, escogieron a este lugar como un escenario para cometer diferentes delitos.
Por ahora, se espera que avancen las pesquisas de las autoridades para que se esclarezcan los móviles del crimen y se identifiquen a los autores del hecho.