Hace tres días, hacia las 10:00 de la mañana, la noticia del asesinato de dos hombres, que se presentó por el sector Mi Ranchito, muy cerca de la frontera con Venezuela, recorrió cada rincón de Puerto Santander. La trágica información llegó acompañada con una foto de cada una de las víctimas.
Los habitantes de ese municipio no habían terminado de asimilar ese suceso, cuando minutos más tarde de ese mismo jueves, se conoció que muy cerca de ahí, más exactamente en el sector Cuatro Esquinas, de la vereda Campo Alegre, del corregimiento Aguaclara, en la zona rural de Cúcuta, mataron a una mujer.
Las víctimas fueron Duglar Alirio Becerra Arias, Florencio Blanco Cortés, conocido como El Gordo Cachas, y Yennis Maritza Cadenas. Solo los dos hombres tenían una relación de amistad entre sí.
Estos dos hechos violentos hacen parte del largo listado que hoy llevan las autoridades judiciales de Puerto Santander y la zona rural de la capital de Norte de Santander.
En lo corrido de este año, entre Puerto Santander y la zona rural de Cúcuta que está pegada a ese municipio del área metropolitana, han asesinado a 15 personas y hasta el momento no se tiene una acción contundente por parte de la Policía o Ejército para frenar esa oleada de crímenes.
Se conoció que la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) tiene a un grupo de investigadores de la Sijín en cabeza de un capitán adelantando las pesquisas, pero hasta ahora el único argumento que da sobre lo que está pasando, es que además de la ‘guerra’ que el Eln tiene contra las bandas criminales de esta zona, por el control de la frontera, hay una pugna interna entre el Clan del Golfo y Los Rastrojos, situación que está siendo aprovechada por la guerrilla en su plan de expansión.
Una de las hipótesis
En este recorrido de muerte que están dejando los grupos armados ilegales, las autoridades aseguran que hay casos como el ocurrido el sábado 23 de enero en el puente de la vereda El Diamante, de Puerto Santander, donde hallaron muerto a Arnulfo Cáceres Páez. A su alrededor había una docena de vainillas percutidas, que daban muestra de que sus asesinos le dispararon sin piedad.
La víctima, indicaron las autoridades, era conocida como ‘Cucaracho’ y estuvo en prisión por concierto para delinquir agravado en 2013 y 2015.
Según la investigación, por asuntos del pasado, que estarían ligados con Los Rastrojos, el Eln habría perpetrado esta muerte.
Otro crimen que, según las hipótesis, habría sido por cuenta del Eln, es el de Ramón Egardo Castillo, quien figuraba en el cartel de los más buscados, e infundía temor en la zona rural de Cúcuta y en Puerto Santander.
Alias 'Orejas', un temible homicida que, presuntamente, delinquía al servicio de Los Rastrojos en la zona rural de Cúcuta y Puerto Santander, apareció muerto a un costado de la polvorienta carretera del sector El Infierno, en la vía que conduce al corregimiento Banco de Arena.
El más reciente hecho en el que también responsabilizan al Eln, es el homicidio de Yennis Maritza Cadenas, que ocurrió en el billar en el que ella administraba.
Se pudo conocer que, presuntamente el negocio era visitado concurridamente por integrantes de Los Rastrojos, por lo que las autoridades creen que guerrilleros del Eln, le habrían quitado la vida.
Entre esta racha de muertes, está la de un líder comunal de la vereda La Punta, William Antonio Rodríguez Martínez. El hecho se presentó la noche del sábado 16 de enero.
También hay un doble homicidio que arrancó toda esta oleada de asesinatos durante este año, y fue el que se presentó el 8 de enero en una trocha que de Guaramito conduce a Venezuela. Las víctimas no fueron identificadas.
Una pugna interna
A las hipótesis de las autoridades se le suma que muchos de los asesinatos que se han cometido este año, se estarían dando por una pugna interna entre Los Rastrojos y el Clan del Golfo.
“Por un lado se sabe que quienes son fieles a Los Rastrojos siguen a alias ‘Becerro’, pero por el otro, los del Clan del Golfo siguen a los suyos”, aseguró una fuente que investiga estos hechos.
José Gregorio López Carvajal, alias ‘Becerro’, máximo cabecilla de Los Rastrojos y a quien las autoridades le siguen el rastro, estaría en desacuerdos con la unión de esta banda criminal con el Clan del Golfo, según se pudo conocer.
“Precisamente, por estas diferencias, el Clan del Golfo habría ordenado algunas muertes como las del doble homicidio ocurrido el domingo 7 de febrero, en un camino boscoso de la vereda Puerto León, del corregimiento de Banco de Arena. Ese día hallaron baleados a un mototaxista junto con otro hombre”, indicó la fuente.
Para el viernes 12 de febrero asesinaron a Henry Patiño García, en la vereda Campo Alegre, del corregimiento Aguaclara.
En se mismo lugar, el 15 de febrero, mataron a Daniel Guillermo Rincón, de 24 años. La mamá del joven se encargó de avisar en la subestación de Policía de Aguaclara lo ocurrido.
La mañana del miércoles 16 de febrero, en diferentes sitios, aparecieron muertos Edwin Alfonso Vargas Ortega, conocido como ‘Tuto’ y otro hombre al que le decían 'Guasón', estas víctimas, según las autoridades, eran cabecillas de Los Rastrojos.
El jueves 17, entre unas plantaciones de plátano, arrodillada y vestida con pijama, quedó sin vida una mujer, en el barrio Nuevo Mundo, de Puerto Santander, en cercanías del colegio de este municipio del área metropolitana de Cúcuta.
Y, por último, sobre las muertes de Duglar Alirio Becerra Arias, de 47 años y quien era exmilitar; además de Florencio Blanco Cortés, conocido como El Gordo Cachas, se cree que sería producto de la pugna interna.
“El Clan del Golfo se enteró de algunos cobros excesivos que venían haciendo algunos integrantes y por eso han matado a varios de ellos. Quieren hacerse ver con la comunidad de que van a poner orden, pero su propósito siempre será perjudicar y causar daño”, añadió otra fuente judicial.