Desde el lunes, en el Táchira, al igual que en toda Venezuela, los maestros retomaron las manifestaciones en las calles, acompañados por los trabajadores de la salud, en exigencia de sus reivindicaciones salariales que se ajusten al valor real de la canasta alimentaria. 

En la región fronteriza venezolana, las protestas docentes han sido reanimadas por la popular profesora Elsa Castillo, reconocida nacional e internacionalmente por expresar al gobierno del presidente Nicolás Maduro la situación del magisterio de forma directa y sin tapujos, por lo que ha alcanzado un nivel de aceptación y popularidad entre la población. 

El magisterio tachirense aprovechó el clásico ‘Vuelta a Bramón’ en bicicleta,  para hacer sus reclamos, coreando consignas como: “Por un salario justo, estamos en la calle”, a fin de llegar a oídos de las altas esferas gubernamentales.

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Este tipo de protestas se desarrollarán también durante las primeras etapas de la Vuelta al Táchira en Bicicleta, que se ha convertido en una tribuna para expresar el descontento que existe en los diversos sectores de la administración pública y en las mismas comunidades que carecen de servicios públicos, que ha sido aprovechado por los tachirenses ante la presencia de medios de comunicación internacionales.

Condiciones dignas

Elsa Castillo, en su recorrido por el Táchira, expresó que la huelga es la mejor pareja que ha tenido el gremio de la educación en Venezuela, porque antes de que tuviera ese derecho, el magisterio acudió a este método en 1969, cuando no existía ningún planteamiento ni en la Ley de Trabajo ni en la Ley de Educación, que les permitiera hacer paros como servidores públicos, lo que sirvió para que se firmara la primera gran acta convenio que todavía tiene vigencia. 

Indicó que el artículo 91 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que el salario mínimo debe ser igual a la canasta básica, que acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cendas), se encuentra en 1.600 dólares.

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La profesora Castillo expresó que se quedó estupefacta cuando supo que a los profesores dependientes de la Gobernación del Táchira les pagan a razón de 25 bolívares semanales.

La representante calificó esta situación como una “canallada”, motivo por el cual hizo un llamado a los dirigentes nacionales para que exijan un recálculo del salario mínimo en Venezuela, porque el sueldo de los profesionales debe estar por encima del mínimo. 

“No queremos más gobiernos maula, no queremos más un sistema que lleva a los venezolanos a quedarse sin el pan. No queremos más chantaje, en Caracas le hacen chantaje a la gente con la bombona de gas, si no hacen lo que quieren no les entregan la bombona, y con la comida es una ignominia”, expresó la líder nacional de los educadores. 

En San Antonio y Ureña desde el lunes de la presente semana se han registrado protesta de los maestros en las plazas locales, en donde maestros como la profesora Hilda Vivas han expresado que no tienen ni para comprar un cajón, en caso de que Dios no quiera se les llegue a morir un familiar.

Anggy Polanco / Corresponsalía La Opinión 

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