El 15 de febrero es el Día Mundial del Cáncer Infantil y las organizaciones que trabajan para hacer más llevadera la lucha de los pequeños afectados por esta enfermedad, aprovechan la fecha para agradecer por los que están y recordar a aquellos que perdieron la batalla, al tiempo que llaman la atención sobre las múltiples carencias que deben enfrentar las familias de estos pequeños guerreros.
En el estado Táchira, según la data manejada por las organizaciones benéficas que apoyan la lucha de los pacientes de oncología pediátrica, hay unos 170 niños con cáncer, afectados por diversas patologías. Voluntarios y fundaciones ofrecieron oficios religiosos por la salud de los pacientes oncológicos y desarrollaron actividades recreativas para llenar con sonrisas el día de la lucha contra el cáncer infantil.
Yajaira Molina, directora de asistencia humanitaria de la asociación de Ayuda a los Niños con Cáncer (Anican), señaló que la situación económica de Venezuela, sumada a las restricciones de la pandemia, complican aún más la atención a los pequeños afectados con estas patologías. “Al Hospital del Seguro no están llegando los tratamientos completos, y por eso nos vemos forzados a ir hasta Cúcuta, pero conseguir un salvoconducto es toda una complicación y dado que son tratamientos costosos y se atiende a un número importante de niños, es arriesgado pasar por las trochas”, dijo.
Enfatizó Molina que desde noviembre adelantan gestiones para conseguir un salvoconducto que permita a la directiva de Anican hacer uso del canal humanitario sobre el Puente Simón Bolívar para pasar a Colombia a adquirir medicamentos para los niños y a la fecha las autoridades venezolanas no lo han hecho posible.
Muchas necesidades… Un sueño
Los costos de los tratamientos y exámenes, escapan de las posibilidades económicas de casi todos los padres. “Las ampollas pueden costar desde 20 mil pesos hasta 800 mil pesos, dependiendo del tipo de cáncer y de lo avanzada que esté la enfermedad”; explica al tiempo de acotar que el tratamiento no se cubre con un solo medicamento, sino con una combinación de varios.
“El protocolo de tratamiento para un solo niño puede llegar a abarcar hasta ocho medicamentos diferentes, entre oncológicos, antibióticos, antiinflamatorios, etc…”, a lo que se suman los costosos exámenes de laboratorio y estudios especializados, algunos de los cuales ni siquiera se realizan en la región y tienen inalcanzables costos en dólares, según explicó De León. "Una tomografía con contraste sale en 350 millones de bolívares (212 dólares o 720 mil pesos) y otros menos comunes, incluso superan los mil dólares", ilustró.