La hora de entrar al jardín representa un gran número de cambios en la rutina infantil, puesto que en cada clase las maestras se encargarán de afianzar la educación y los hábitos de los niños.
Sin embargo, uno de los mayores problemas que deben afrontar los primeros días es el desprendimiento de hábitos como el uso de biberón y chupos, por no ser considerados aptos para el desarrollo emocional y físico de los pequeños.
Hacerle entender a los padres que el biberón no es tan necesario como ellos creen y que por más práctico que les parezca que sus hijos puedan tomarse por si solos leche, avenas o coladas, sin supervisión alguna, deben eliminarlo de sus rutinas, es una tarea bastante difícil.
La sicóloga Paola Rojas explica que los 12 o 13 meses, edad en la que el niño cuentan con la coordinación necesaria para poder utilizar sin problemas una taza, es tiempo perfecto para desligarlos del biberón, con el fin de que empiecen a ser más autónomos.
“Desde el punto de vista sicológico, el dejar el biberón los hará más independientes, en algunos casos el uso del biberón suple carencias emocionales hacia la madre”, explica Rojas. “ Igualmente, cuando a un niño se le dificulta dejar el chupo es porque a través de su uso baja cierto nivel de ansiedad, por lo que habría que valorar las razones de este estado de ánimo” .
Igualmente, la sicóloga Rosa Alejandra, Triana atribuye el apego al chupo a los mimos excesivos.
“Hay padres que por comodidad le dan el chupo al niño para que no moleste, sin darse cuenta de que lo que el niño está reclamando es su atención”, explicó.
Triana recomienda pasar mayor tiempo con los hijos y sustituir el uso del chupo por un nuevo juguete. Contarle una historia o un cuento sobre cómo un personaje animado dejó el chupo y el biberón es una gran opción. ‘Edu ya no usa el chupete’ y ‘El chupete de Gina’ son algunos títulos que pueden ayudar.
Para lograr que los niños dejen la costumbre de dejar un biberón es mejor que pasen por un periodo de transición, asegura Rojas, es decir ir incorporando poco a poco la taza durante las horas de las comidas.
“Una buena estrategia es ofrecerle la leche en una taza o vaso por las mañanas, si el niño se muestra sorprendido se le puede decir de manera natural que ya es un niño grande y que tomará en taza como mamá y papá”, explicó.
Este método debe replicarse por una semana. Cada vez que el niño pida biberón se le puede debe vaciar su contenido en una taza. Esto ayudará a eliminar paulatinamente la dosis nocturna.
Del biberón a la taza
Rojas plantea una serie de pautas para ayudar al niño en esta transición:
* Es conveniente usar tazas antiderrames. Combinar el uso del biberón con vasos con agarraderas, hay muchas disponibles en el mercado; así mismo elogiar al niño cuando use la taza. Otro consejo es no dejar a la vista, el biberón, para no incentivar a que el niño lo pida.
* Si le ofreció el vaso entrenador con determinado alimento y el niño lo aceptó sin ningún problema, hay que dárselo de nuevo en la siguiente comida para que se acostumbre a su uso.
* Cuando pida agua, lo recomendable es dársena en vaso. Es bueno que los padres tomen agua igual que el pequeño, ya que ellos aprenden por imitación.
* Evita darle el biberón o chupo cuando llore, ni como alternativa entre comidas, esto solo le espantará el apetito.
Consecuencias del uso constante del biberón
* Riesgo de caries del biberón por las bebidas azucaradas y riesgo de anemia por deficiencia de hierro, ya que la leche no contiene los elementos necesarios y suficientes para una alimentación balanceada.
* Riesgo de sobrepeso y obesidad. Debido a una alimentación no adecuada.
* Dependencia mayor, ya que no estimula su independencia emocional y psicológica.
Un no rotundo al biberón
La nutricionista Andrea Duque asegura que el biberón debe estar excluido de la lista de hábitos infantiles puesto que su constante uso está asociado con la deformación temprana de los dientes de los niños.
“Un niño que utiliza el biberón no va a tener una buena masticación ni deglutir bien los alimentos, por las contraindicaciones propias de este producto”, explicó Duque.
La nutricionista asegura que la mayoría de los padres de familia introducen el biberón en la vida de sus hijos porque es una forma más práctica de no complicarse a la hora de alimentarlos, creyendo que entre más cantidad tomen estarán mucho mejor.
“La leche materna debe ser el único alimento infantil durante los primeros seis meses del bebé. Después se inicia la alimentación complementaria, la cuál se puede dar en papillas o jugos sin necesidad de acudir al uso del biberón”, aseguró la nutricionista.
Duque recomendó el bajo uso de azúcar en las coladas de los niños y al igual que Rojas y Triana recomendó el uso de un vaso o una taza para alimentar a los niños.
“Muchas veces los padres se empeñan en que sus hijos tomen biberón hasta cierta edad para que estén más gorditos, creyendo que ese estado es sinónimo de salud”, indicó.