Aceptar que los hijos están creciendo y cambian de temperamento, gustos e ideologías, es una de las etapas más duras para los padres. Pero en todo este proceso natural hay una acción particular que desencadena todo tipo de reacciones en los hogares: el noviazgo adolescente.
Esta es una etapa para la que los padres poco están preparados, pues para ellos sus hijos siempre serán sus niños mimados.
Sin embargo, ¿qué tan ventajoso o perjudicial puede ser la reacción de los padres ante esta inevitable situación?
La sicóloga Yelitza Paola Rojas da algunas recomendaciones para sortear esta situación, la cual, según ella, se debe tomar con toda la naturalidad del caso.
"Mamá me gusta un niño del salón"
A partir de los 8 o 10 años los niños empiezan a sentir cierta atracción por el sexo opuesto, y dependerá del grado de confianza que tengan con sus padres si le cuentan o preguntan sobre esas sensaciones o sentimientos que le despierta esa persona.
“Esta atracción es normal, y debemos tratarla con naturalidad. Cuando nuestro hijo nos confiesa que le gusta una persona, busca que le ayudemos a entender los sentimientos que está experimentando”, explica Rojas.
La sicóloga asegura que el diálogo y la comprensión es clave en esta primera etapa, para que el niño resuelva sus dudas e inquietudes en la casa y no tenga que acudir a terceros.
“No es favorable actuar de forma agresiva o con reproches. Si el niño es menor de 14 años, podemos decirle que lo que siente es normal, pero que hay ciertos tiempos y edades para pensar en una relación”, asegura Rojas.
La experta asegura que debido a las rupturas familiares o el gran número de familias disfuncionales en la actualidad, donde mamá o papá están ausentes en casa, esta situación se pone un poco más tensa, ya que la responsabilidad recae sobre uno de los padres.
Más que consentir o reprobar las relaciones de los hijos, Rojas hace una invitación al diálogo entre las familias. Asegura que las prohibiciones son más negativas que positivas. Y esta situación no debe generar escándalos ni castigos porque es innata al ser humano.
“Usted puede reprobar el hecho de que su hija tenga novio, pero esto empeorará la situación porque hará todo a escondidas. Es clave poder generar confianza y un ambiente de comprensión en la casa para poder manejar esta situación de la mejor manera”, explicó Rojas.
A continuación algunas pautas para tratar este tema con la responsabilidad, sensibilidad y complicidad que se debe tener con los hijos en estos casos:
El ejemplo es clave: para poder exigirle a los hijos una relación sana, tranquila y acorde a su edad, los padres deben dar ejemplo. No se le puede exigir a los hijos sobre una relación basada en el respeto y el amor si en casa se ve todo lo contrario.
Estar pendiente de los hijos: los padres deben saber en qué andan sus hijos y con quién salen. Si ya aprobaron la relación deben conocer a la pareja de su hija y plantear actividades familiares donde puedan interactuar con ellos.
Padres y amigos: ser amigo de los hijos no implica perder autoridad sobre ellos, por el contrario, esto le permitirá hablar con ellos tranquilamente. Dele confianza y demuéstrele que usted respeta sus decisiones, pero también tiene la experiencia para corregirlo y guiarlo.
Cuéntele de sus experiencias: muchas veces los padres son reacios a las relaciones de sus hijos porque temen que sufran desilusiones amorosas como les ha sucedido a ellos. Cierre ese capítulo de su vida y permítale a su hijo escribir uno propio. Cuéntele sobre sus primeros amores, esto le permitirá generar un ambiente de confianza .
Buena elección de pareja: hábleles a sus hijos sobre la importancia de saber elegir pareja, ya que esta persona empezará a ser parte de sus vidas. Explíquele que si ambas personas tienen proyectos de vida similar, encaminados a una superación profesional, podrán ayudarse mutuamente.
Adiós a los tabús: uno de los principales temores de los padres cuando sus hijos empiezan a tener sus primeras relaciones amorosas, son los embarazados no deseados. Hábleles sobre la responsabilidad que implica iniciar una vida sexual, y cómo para todo hay tiempos y momentos. Explíqueles que los noviazgos no están ligados solo a la sexualidad, sino a un compartir, divertirse y sentirse bien con la pareja, ya sea comiendo un helado, yendo al cine o al parque.
Idealicen su proyecto de vida: ayudar a sus hijos desde niños a tener claro su proyecto de vida, qué quieren hacer en su adultez, y cómo se quieren preparar para vida, es clave para que sus hijos sigan estas metas.
Reglas en casa: establecer normas en casa para visitas y salidas de sus hijos y sus parejas es lo ideal, y del cumplimiento de las mismas dependerán los permisos para nuevas citas o encuentros. Déjeles en claro que pese a que les aprueba el noviazgo hay ciertos parámetros que deben respetar.