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Vida
Cómo sobrevivir a las rabietas de sus hijos
Los berrinches son una forma de comunicación de los niños y lo primero que deben hacer los papás es mantener la calma.
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Jennifer Rincón
Sábado, 21 de Noviembre de 2015

Es domingo y el supermercado está lleno. De repente un llanto agudo y un singular zapateo que viene desde el pasillo de dulces y golosinas llaman la atención de los clientes.

María Camila, 3 años, se revuelca en el piso porque su mamá no le quiso comprar un chocolate. La apenada madre, trata de mil maneras de levantar del suelo a la pequeña e intenta callarla para acabar con el bochornoso momento.

Como su hija no para de llorar, le da el dulce y la invita a levantarse del piso. La niña lo recibe y se levanta de inmediato como si nada hubiera sucedido.

Esta no es la primera vez que la pequeña le hace una pataleta de este tipo. En el jardín, en la casa y donde los abuelos, acostumbra a gritar y llorar cuando no está de acuerdo con las indicaciones o peticiones de su madre.

La hora del baño, la comida o al momento de recoger los juguetes que dejó en el piso, son el momento propicio para sus berrinches.

Esta situación le puede sonar muy familiar y se repite con mucha más frecuencia de la que usted puede imaginar, ya que es una reacción normal en los niños entre 2 y 4 años ante una frustración, un deseo reprimido, entre otras circunstancias. Para ellos es una forma de comunicarse cuando no cuentan con el vocabulario para expresar lo que realmente les molesta.

A continuación conozca que hacer frente a una pataleta y cómo manejarlas para evitarse una penosa escena, y demostrarle a su hijo que este no es el único método para llamar su atención o manifestar su descontento.

Enfrentando las pataletas

Conserve la calma: aunque parece imposible, es importante que los padres mantengan el control, de lo contrario se dejarán llevar por los impulsos y sus hijos serán los más perjudicados.

Mantenga  la autoridad: si accede a hacer lo que su hijo quiere con el fin de dar por terminada la pataleta, le dará a entender que conseguirá lo que quiere con un nuevo berrinche. Déjele claro que con llorar o tirarse al piso no conseguirá nada.

Establezca límites: usted no debe sobrepasarse con el niño amenazándolo ni gritándolo, ni tampoco debe permitir que su hijo lo haga. Explíquele que no lo escuchará si no se calma porque entre gritos no puede comprenderlo.

Espere que el niño se tranquilice solo: si usted trató de conciliar con el niño y el pequeño no hizo caso a sus indicaciones, déjelo que se desahogue y siga con sus actividades cotidianas. El niño notará que la pataleta no le sirvió para captar su atención y se calmará solo.

Situaciones extremas: si el niño en medio de su rabieta decide por lanzar, destruir objetos o intenta golpear a las personas que se le acercan usted debe inmovilizarlo evitando que se lastime o agreda a otros. Este comportamiento no se debe ignorar. Aíslelo por un corto tiempo para que el niño se calme. Es recomendable un minuto por la edad del niño.

Hablar con calma: a penas el niño este calmado, háblele y pregúntele que fue lo que le molestó y traten de buscar una solución conjunta. Explíquele que su comportamiento no fue el mejor y por qué no debe repetir esas pataletas.

Disminuyendo los berrinches

A medida que el niño va creciendo y encuentra nuevas formas de expresar su inconformismo al adquirir un lenguaje más fluido las pataletas irán disminuyendo.

Sin embargo, durante la crianza se deben fijar límites y normas dentro y fuera de la casa. Toda la familia debe ser firme ante estas normas y no permitir que ningún miembro sea más flexible en determinadas circunstancias, ya que el niño aprende a distinguir rápidamente si el tío, la tía, el abuelo o cualquier otro miembro le satisfacen sus caprichos, y cómo pueden hacer para conseguirlo.

Enséñele con ejemplo: los niños absorben e imitan lo que ven y oyen a su alrededor. Si ellos ven que sus padres reaccionan con gritos, golpes y malas palabras ante una frustración repetirán esta conducta.

La importancia de expresar sentimientos: explíquele al niño que expresar los sentimientos de enojo, ira o rabia es normal, solo que los berrinches no son la mejor forma de hacerlo. El diálogo es la clave.

Hablar antes de regañar: si le explica a su hijo porqué debe salir con chaqueta cuando llueve o porqué debe bañarse luego de jugar en el parque, será más fácil que el niño acate sus órdenes. Una explicación clara de las cosas evitará un berrinche.

Juegos y tareas: mezcle las actividades y tareas diarias de su hijo con juegos y retos en la casa. Será más fácil que su hijo se coma las verduras si le plantea un concurso de quién termina de comerse primero el brócoli, el tomate o la sopa.

Los errores más comunes

Regañar y gritar al niño. En ese momento no va a prestar atención por su  estado de ira y frustración.

Ceder a los caprichos del niño. Si usted le da lo que el pequeño quiere estará aprobando esta conducta y fácilmente se volverá a repetir porque le dará a entender que con las pataletas obtiene lo que quiere.

Golpearlo, amenazarlo o tratarlo con violencia. Esto solo consigue que el niño reaccione de manera violenta. Atemorizarlo no ayudará a educarlo.

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