El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos publicó un informe que muestra el peligro latente del uso del cigarrillo electrónico, sobre todo entre los jóvenes.
De acuerdo con las cifras del diagnóstico, se han reportado 805 casos de daño pulmonar asociado al uso de este dispositivo, y 12 muertes ligadas a su consumo.
El 67% de los casos reportados son de personas, entre 18 y 34 años, y el 16% son menores de edad.
“Basados en datos iniciales de algunos estados sabemos que la gran mayoría de los pacientes han reportado un historial del uso de este sistema electrónico que contienen THC (Tetrahidrocannabinol, componente psicoactivo de la marihuana). Otra gran parte de los afectados han mezclado THC y nicotina. Algunos han reportado que contienen solo nicotina”, confirmó el informe.
Ante esta situación, el gobierno del presidente Donald Trump evalúa la posibilidad de sacar del mercado los cigarrillos electrónicos saborizados para controlar lo que ha llamado una “epidemia profundamente preocupante”.
Pero mientras en el mundo, las alertas ya se prenden, en Colombia la regulación parece ser precaria y ni siquiera se conocen cifras actualizadas del número de consumidores de estos productos y, mucho menos de personas que hayan sufrido sus efectos.
Blanca Llorente, directora de investigación de la Fundación Anáas, dijo que si bien los estudios en Colombia sobre los riesgos y consumo del cigarrillo electrónico son incipientes, la información que existe en Estados Unidos sobre los riesgos de estos artefactos es poca para impartir medidas.
En 2016, la fundación realizó un estudio sobre el uso de vapeadores. Los resultados arrojaron que el 9% de las personas que usaban cigarrillos electrónicos eran menores de edad, estudiantes de colegio, y el 15% eran jóvenes universitarios. Indicó, además, que lo más seguro es que de ese año a hoy el consumo haya aumentado mucho más, pero no hay certeza de esta variación.
Lo que impulsó el crecimiento del consumo fue la percepción de los jóvenes frente al riesgo de estos dispositivos. Según la encuesta citada, el 13,7% de los consultados pensaba que estos productos son menos dañinos para la salud que los cigarrillos regulares. Eso impulsó su aceptación en ciudades como Medellín y Bogotá.
Sin embargo, la Asociación de Sociedades Científicas reiteró en un comunicado que no es cierto que el vapeo sea menos riesgoso que fumar.
“Afirmar que estos productos son ‘de menor riesgo’, es inducir al error a las personas que realmente quieren dejar de consumir tabaco. De hecho, esto podría ser contraproducente, dado que puede impedir que el sistema de salud atienda integralmente a estas personas, por profesionales de salud capacitados en intervenciones que cuentan con décadas de evidencia científica que respaldan su eficacia”, mencionó la asociación en el comunicado.
La Sociedad Respiratoria Europea también ha advertido que no hay pruebas de que estos productos alternativos de suministro de nicotina sean herramientas eficaces para dejar de fumar.
Su regulación apenas se discute en el país
Blanca Llorente aseguró que, a falta de normas más específicas, “lo que aplica hoy en día es una regulación no específica que es el Estatuto del Consumidor, que protege a los consumidores de los riesgos de cualquier producto que hay en el mercado, no importa la naturaleza que sea. En este caso, el cigarrillo electrónico debe revisarse en cuanto a su seguridad y la publicidad engañosa”.
La Asociación Nacional de Vapeadores (Asovape), afirmó que si bien el Invima ha hecho algunos informes sobre el tema, no hay estudios de entidades o universidades colombianas, que respalden estos supuestos daños a la salud.
Colprensa solicitó al Ministerio de Salud información sobre las medidas aplicadas para regular estos dispositivos. La entidad respondió que la próxima semana se conocerán recomendaciones de manejo sobre el uso de los cigarrillos electrónicos.
“Estamos publicando información y educación para la comunidad general y los profesionales. Estamos sacando una nueva circular para darle un marco reglamentario de estos elementos [cigarrillos electrónicos] y vamos a volver las condiciones de salud asociados a los dispositivos, un evento de interés en salud pública”, afirmó Iván González, viceministro de Salud Pública y Prestación de servicios.
Actualmente, existen dos proyectos de ley que buscan la regulación de vapeadores. El más adelantado hasta el momento es el propuesto por el senador José David Name, pues ya fue aprobado en segundo debate. Este busca la regulación de cigarrillos electrónicos como elementos derivados del tabaco.