Luego de la tragedia que causó la Dana (Depresión Aislada en Niveles Altos), en Valencia, España, y las recientes inundaciones de Bogotá que dejaron varios automóviles atrapados en el agua o el barro, es esencial conocer el paso a seguir si se encuentra dentro de un vehículo en este tipo de emergencias, y así, evitar riesgos mayores que pongan en peligro la vida.
Primero, es importante entender que, si bien un automóvil puede parecer un refugio seguro, las inundaciones pueden convertirlo en una trampa peligrosa en cuestión de segundos. De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional de EE. UU., los conductores deben evitar conducir en áreas inundadas, pues incluso 15 centímetros de agua pueden hacer que el vehículo pierda el control y flote. La recomendación inicial es, siempre que sea posible, dar vuelta y buscar una ruta alternativa para evitar el riesgo de quedar atrapado.
En caso de verse sorprendido por una inundación y quedar varado, se sugiere detener el vehículo y apagar el motor, pues intentar avanzar o acelerar puede provocar que el agua entre en el motor y cause fallas eléctricas o mecánicas que agraven la situación. Si el agua empieza a ingresar en el automóvil y el nivel sube rápidamente, el protocolo de emergencia dicta que los ocupantes deben abandonar el vehículo de inmediato.
Lo ideal es abrir las ventanas para salir, ya que las puertas pueden ser imposibles de abrir debido a la presión del agua. Si se logra abrir la puerta, debe hacerse a favor de la corriente. En ese momento, conviene ubicarse en una zona segura y, si es necesario, pedir ayuda a los servicios de emergencia.
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Si salir del automóvil no es posible porque el nivel de agua en el exterior supera la mitad de la puerta, se debe esperar a que la presión entre el exterior y el interior se iguale, lo cual ocurre cuando el agua llega aproximadamente al nivel del pecho dentro del auto. En ese momento, será más fácil abrir la puerta y salir. Aunque es una situación estresante, se debe intentar mantener la calma, usar el cinturón de seguridad hasta el último momento y tratar de mantener el rostro por encima del agua para facilitar la respiración.
En situaciones donde el vehículo está apenas rodeado por agua pero no atrapado, los expertos en seguridad recomiendan no intentar volver a encender el motor, pues esto puede causar un daño mayor al automóvil y, en algunos casos, incluso generar cortocircuitos que pueden poner en peligro a los ocupantes. Además, el agua puede haber entrado en componentes clave como los frenos y el sistema de transmisión, por lo que se recomienda llevar el vehículo a una revisión completa en un taller autorizado una vez que el agua baje.
Por último, la prevención es clave. Si se espera mal tiempo, es prudente evitar las áreas bajas o propensas a inundaciones, y estar atento a las alertas meteorológicas. Equiparse con un martillo de seguridad o herramienta de escape en el vehículo puede facilitar la salida en caso de emergencia.
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