Para sus habitantes, es un sector olvidado por parte de las autoridades; sin embargo, consideran que con la unión de la comunidad, los entes gubernamentales y las empresas que hacen vida allí, sería un sector autosostenible.
Agualinda, a 15 minutos del centro del municipio, es una de las 10 veredas de Los Patios en donde existen 14 empresas, cuatro de ellas mineras que explotan la base y sub base de recebo, la arcilla y la piedra caliza; esta última actividad tiene muy preocupados a los habitantes.
La explotación de la piedra caliza está poniendo en riesgo a la naciente, que lleva el mismo nombre de la zona rural y que surte del vital líquido a 267 usuarios, debido a que los trabajos se están ejecutando a 200 metros del afluente, de aproximadamente 12 kilómetros de largo, que desemboca en el río Pamplonita.
Emilgen Quiroga Serrano, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC), señaló que año tras año el caudal de Agualinda es menor y esperan que este problema se aminore con las acciones que están emprendiendo para llamar la atención de las autoridades en materia ambiental.
“Hemos pasado derechos de petición, el primero de ellos radicado en Corponor, a través del cual solicitamos con urgencia que se reúnan las personas que son dueñas de concesiones que dependen de esta naciente, entre estas las tres granjas agrícolas que hay en Agualinda, la comunidad y dos propietarios de derecho de uso de agua muy antiguos”.
Xiomara Roa, tesorera del acueducto veredal desde hace 22 años y quien lleva 40 viviendo en el sector, subrayó que antes la quebrada parecía un río, cuando era niña se bañaba en ella e incluso pescaban allí; ahora perece un hilo de agua, que si no se cuida puede desaparecer.
“Avícola Torcoroma es la empresa que más nos colabora con el acueducto, nos da materiales y nos apoya con mano de obra cuando se va a ejecutar algún trabajo, pero en general, nos toca a nosotros mismos hacer todo para que el servicio de agua se mantenga”, indicó.
Resaltó que “verla ahorita da tristeza”, pese a que ha llovido. Detalló que en tiempo de sequía les toca racionar el recurso hídrico, para que les pueda llegar a todos. “Si tenemos verano, bregamos porque no hay agua; si tenemos invierno, bregamos porque baja muy sucia, y hay que esperar a que disminuya la turbidez”.
Cada vez que hay precipitaciones, los vecinos deben caminar hasta el sitio de captación y distribución, para limpiar la toma y la tanquilla, que queda a 20 minutos en carro desde el caserío; Miguel Roa Hernández, de 62 años, es uno de ellos.
“Siempre he venido a limpiar. Cuando no llueve, venimos cada 8 o 15 días. También fui fontanero durante un año y uno de los riesgos que hubo aquí fue una explotación más arriba, que fue cerrada”, añadió Roa Hernández, nacido en la vereda.
En Agualinda hay varios frentes de explotación minera. Las empresas extraen base y sub base de recebo, arcilla y piedra caliza.
Explotación “en el límite de la naciente”
Para los vecinos, según Emilgen Quiroga, el temor es que la quebrada se seque a raíz del abandono. Manifestó que es “tan preocupante la situación” que la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), a través del ingeniero Martín Sepúlveda, “está generando acciones para declarar la naciente en reserva de agotamiento”.
La líder comunal sostuvo que, además, el ingeniero José Antonio García, el subdirector de Cambio Climático y Recursos Hídrico de Corponor, también ha estado muy pendiente de la situación, y ha visitado el lugar con el fin de buscar “la manera técnica y apropiada” de hacer la recuperación de la naciente.
Afirmó que el inconveniente es que no han podido encontrar al dueño del terreno por donde pasa la fuente de agua, para que permita la reparación de las cercas y la compra del terreno. Sin embargo, es un proceso que avanza.
“Lo que vemos quieto es un derecho de petición, que se radicó el 24 de septiembre de este año, dirigido al subdirector de Desarrollo Sectorial Sostenible, área encargada del tema minero, de vigilar y controlar las rondas de las fuente hídricas y de establecer hasta dónde puede actuar la explotación minera, del cual no hemos recibido respuesta…la explotación que se está haciendo ya está en el límite de la naciente”.
Quiroga precisó que la cantera que les alarma no se ve mientras se transita por la carretera, en cuyas orillas hay varias explotaciones, que conduce al pie de la quebrada. Ese frente de piedra caliza está más adentro, en la zona boscosa. “Queremos que Corponor nos diga si esa explotación se está dando dentro del perímetro permitido”, recalcó.
Que se conozcan los planes de manejo ambiental
Emilgen Quiroga dijo que lo que buscan con este llamado de alerta no es que las empresas se vayan de la vereda, debido a que entienden la importancia de la industria y su generación de empleo, “aunque no beneficien directamente a los habitantes de Agualinda, pues la única que contrata a trabajadores de la vereda es la granja Torcoroma”.
Quiroga informó que piden conocer los planes de manejo ambiental y cuáles son los compromisos en esta materia que tienen las compañías con la comunidad.
“Cemex ha desarrollado una inversión social, como la remodelación y adecuación del salón comunal y la adecuación de una caseta para la instalación de un Vive Digital, obra que se espera desde 2016. Pero no compensa que el recurso hídrico se acabe porque se está cumpliendo con lo social. Necesitamos ver el compromiso ambiental de las empresas y qué podemos esperar como comunidad”, enfatizó.
Afirmó que Cemex considera, pues así se lo dijo la trabajadora social de la compañía, que no tiene nada que ver con la naciente, porque no toman agua de allí. Por eso resaltó que Corponor es la única que puede dilucidar esta disyuntiva.
SOS por la arqueología
La actividad minera también está poniendo en peligro las piezas arqueológicas que existen en Agualinda, área reconocida como bien de interés cultural de carácter departamental, según el Decreto 1044 del 31 de diciembre de 2003.
El documento definió que el municipio debe crear un plan especial de protección de estos bienes, no obstante, según la presidenta de la JAC, jamás se ha hecho, por lo que las empresas mineras no pueden tampoco diseñar un plan de manejo en ese sentido y los fósiles corren el riesgo de ser destruidos.
En Los Vados y Agualinda hay sitios arqueológicos de más de 14 mil años, donde sobresalen los campamentos de cazadores-recolectores de la época del paleoindio, según Víctor González, antropólogo e investigador del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), en una entrevista dada a La Opinión hace meses.
Hay cuchillos en piedra, hachas, piedra de trabajo, fragmentos de recipientes de cerámica, carbón producto de fogones y un meteorito metálico.
Estos hallazgos son muy importantes, porque en Suramerica son pocas las culturas que se dedicaban a la caza de megafauna, como los megaterios (osos perezosos terrestres) y los mastodontes, y desde hace más de 100 años se han encontrado los campamentos de estas bandas constituidas por no más de 30 cazadores-recolectores, que vivían en la época glacial hace más de 10 mil años.
Para el paleontólogo empírico Saddy Molina Escalante, de 82 años, fundador del Museo Arqueológico y Paleontológico de Agualinda, el 23 de enero de 1975, el panorama es aún más sombrío, pues señaló que ya hay daños en esas piezas que guardan historia de la humanidad.
“La actividad minera no está poniendo en riesgo la arqueología, sino que la está acabando, porque esto está lleno de fósiles, el cerro tiene petróleo, porque en donde hay fósiles hay petróleo”.
Aunque no puede precisar el número de fósiles que tiene en su museo, destacó que todos son importantes y tienen el mismo valor científico. Sin embargo, hay uno que resaltó y que le robaron hace poco; se trata de un trilobites, que pertenece al período Cámbrico, con 540 millones de años. “Eso sí me dolió”, recalcó Molina.
Subrayó que tiene herramientas hechas por los cazadores-recolectores, que “eran maravillas”, con las que mataban mastodontes. En el lugar se encuentran concha marina, molusco marino y megaterio, entre otros fósiles.
La comunidad tiene la firma convicción de que con el apoyo de los entes gubernamentales se puede crear en Agualinda una ruta ecoturística, pues, además del museo, existe ‘El Botellón’, un horno minero que data de 1912, el cual representa la historia de esta industria que aún se mantiene erigido entre el bosque, y la zona ‘Los Estoraques’.
Alcalde: nos preocupa esta situación
El alcalde de Los Patios, Diego González, quien termina su período el próximo 31 de diciembre, expresó que durante su gestión han exhortado a las empresas mineras a que implementen los planes de manejo ambiental.
Agregó que Cerámica Italia es la única compañía que ha tenido en cuenta el llamado. “Nos preocupa esta situación que pone en riesgo el agua y la arqueología. Corponor debe hacer vigilancia y le vamos a poner nuevamente en conocimiento lo que ocurre”, manifestó.
González afirmó que cerrar la mina de piedra caliza, concesionada a Cemex y que es la que genera la intranquilidad, puede generar también problemas en la comunidad, debido que “el 80% del personal es gente de Agualinda”.
Para Emilgen Quiroga, el apoyo del mandatario local es muy importante para que su reclamo sea atendido. Además, “tampoco se puede empezar de cero” en esa lucha con el mandatario que se juramenta el primero de enero, pues eso fue lo que les dijo el electo Miguel Bonilla: “conmigo empiezan de cero”.
“Él (Diego González) tiene que hacer presión, porque de lo contrario para nosotros va a ser más difícil. Por eso estamos buscando una mesa de trabajo con él desde hace seis meses, necesitamos que el alcalde no nos abandone en esta lucha por la protección de los fósiles, de la naciente y para la solución de los demás problemas. Esa es nuestra esperanza, que Bonilla y González estén en juntos en la mesa de trabajo, para que haya una continuidad en el trabajo”.
La líder comunal lamentó que Diego González, hasta el momento, no les haya dado ese espacio para reunirse y para ello le solicitó que se trasladara a la vereda un sábado, “pero ese sábado nunca se dio”. La comunidad sigue sin recibir respuestas del alcalde, pese a los reiterados llamados.
Miguel Roa Hernández, de 62 años, es uno de los habitantes de Agualinda que se preocupa por el mantenimiento de la naciente y del acueducto veredal.
¿Qué dice Corponor?
César Augusto Ortega, coordinador del área de Minería e Hidrocarburos de la Subdirección de Desarrollo Sectorial Sostenible de Corponor, felicitó a los vecinos por su preocupación por el recurso hídrico y aclaró que la excavación de Cemex se encuentra en el perímetro permitido y que no ha puesto en riesgo a la quebrada y al acueducto.
“En dos oportunidades hemos ido a Agualinda para hablar sobre el tema minero y a hacer visitas con el acompañamiento de algunos habitantes;lamentablemente la presidenta -de la JAC- no ha estado presente por ocupaciones laborales, y se han levantado unos informes que se han remitido a la Procuraduría”.
Ortega aseguró que está abierto a una nueva inspección, con el acompañamiento de la líder comunal y los titulares mineros, para evaluar los reclamos y situaciones particulares que ella menciona.
Enfatizó que cualquier actividad que atente contra la naciente habría que suspenderla de inmediato, pues “las licencias otorgadas en la zona permiten tomar decisiones” de cualquier índole. Agregó que las empresas tienen los planes de manejo ambiental y están en la obligación de exponerlos, para que “la gente sepa hasta dónde van a llegar”.
Sobre el riesgo para la arqueología por parte de la actividad minera, el funcionario expresó que todos los actores deben cumplir el decreto que reconoce la zona como bien de interés cultural, y que no hay labores de explotación en zonas protegidas.