Tomar una sierra o un machete para podar o talar un árbol en Cúcuta es una cuestión que no genera mayores inconvenientes. A diario paisajistas empíricos o cualquier ‘parroquiano’ hace lo que quiere con el arbolado de la ciudad, sin medir el riesgo y el desequilibrio ambiental.
El problema es la falta de cultura de la gente, lógicamente, pero también de capacidad, tanto de las autoridades ambientales como del municipio, para atender las quejas de quienes sí pretenden evitar la tala de un árbol.
Lo anterior, debido a que no hay medios S.O.S. para que el Estado atienda el problema diligentemente. Muchas veces cortar un árbol es un tema que no genera mayor trascendencia para la comunidad, que solo mira con tristeza la imagen, pero que no puede hacer nada precisamente por esa falta de autoridades.
Según se conoció, los únicos que sí podrían atender con especialidad la tala de un árbol serían los patrulleros que conforman el Grupo Ambiental de la Policía, no obstante, es un menguado círculo de agentes conformado por menos de 20 policías.
Corponor, que sería otra autoridad en el tema, asegura que el cuidado del arbolado en el casco urbano es competencia de la alcaldía, aunque los impuestos por talar un árbol y los permisos son de obligatorio trámite ante esa corporación.
Según Luis Carlos García, ambientalista de Cúcuta, muchas veces las autoridades no se alcanzan a enterar de cuándo cortan un árbol, porque no los tienen referenciados.
La solución. Evaristo Alberto Carvajal Valderrama, docente de la Universidad Francisco de Paula Santander (Ufps) y profesor del área de Morfología vegetal y Botánica taxológica, dijo que Cúcuta a pesar de estar entre las ciudades más arborizadas del país no cuenta con un inventario y por ahí comenzaría a dársele solución al problema.
La idea Carvajal es que en el municipio se replique un proyecto gestado en la UFPS que consistió en hacer un estudio georeferenciado, con una información digital satelital y geográfica de los árboles que habían en la universidad.
Como novedoso de este proyecto, la Ufps instaló unos lectores QR, que le brinda a cualquier persona a través de un dispositivo celular escanear el vector y conocer en línea todas las indicaciones taxonómicas y el estado sanitario del tallo de los árboles.
A través de esta sistematización la universidad pudo conocer cada uno de los individuos, arrojando como resultado la presencia de 1.037 individuos arbóreos, catalogados en 41 especies y 19 familias botánicas. 41 de ellos estaban enfermos.
“Evidenciamos que las enfermedades no se han tratado así como tampoco se evidenció que se haya hecho una poda técnica de las mismas, que se tienen que corregir.
“El propósito de este estudio pretende sacarlo de la universidad y solicitarle a las autoridades ambientales o a la alcaldía de Cúcuta que se haga una réplica en todas las 10 comunas”, explicó Carvajal.
En la ciudad no hay un censo arbóreo actualizado y no hay información digital y sistemática que brinde la información oportuna a las personas de la administración que tienen que ver con el tema de las especies arbóreas.
“Es importante que la universidad direccione este estudio y que lo aplique en las diferentes comunas. Se estima que son 800 mil especímenes de la ciudad y que el proyecto cueste unos $1.000 millones”, dijo el experto.
Como aporte de referencia, Carvajal dijo que en Medellín funciona este proyecto muy bien porque existe una secretaría ambiental, una universidad que quiere hacer silvicultura y unas autoridades comprometidas.