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Un reto para Norte de Santander: ahorrar energías no renovables
El departamento tiene potencial para la generación de energías renovables, según un informe de Minambiente.
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Sábado, 5 de Septiembre de 2020

Si el consumo global de fuentes no renovables de energía continúa como va al ritmo actual, el mundo se quedaría sin su primer recurso, el petróleo, en alrededor de 100 años. 

Es posible que el carbón de las cordilleras pueda durar hasta 500 años más. Pero el problema no es su disponibilidad, el problema son los efectos desastrosos sobre el medio ambiente que causa su utilización en automotores, fábricas, generación de energía eléctrica, etcétera.

El producto de su empleo es la producción de CO2, uno de los principales gases de efecto invernadero que  están contribuyendo al calentamiento global y a sus consecuencias sobre la misma vida en el planeta. Por consiguiente, es imperativo su reemplazo por medios de producción de energía que no produzcan gases de efecto invernadero. 

Desde el siglo pasado los científicos han venido manifestando su preocupación por el agotamiento del petróleo como consecuencia de más de 150 años de explotación y la posibilidad de que escasee aumenta con el paso del tiempo.

Por esta razón, ingenieros y científicos de grandes compañías han venido trabajando en sustituir el petróleo por otros medios de producción limpia de energía. Hoy ya se pueden conseguir automóviles, buses y camiones que funcionan total o parcialmente con baterías recargables y en muchos países se está utilizando la fuerza del viento, la luz solar y hasta el movimiento de las mareas en ciertos estuarios para producción de electricidad.

Que se agoten los recursos energéticos no renovables es preocupante, en la medida en que la vida de los seres humanos depende de la forma cómo se utilizan estos recursos. Muchas industrias disponen de ella para que disfrutemos de comodidades como el transporte que hace la vida más fácil, la cocción de alimentos sin mayor esfuerzo, la iluminación de las casas y la refrigeración de alimentos, entre otros; es por eso que ahora se buscan otros medios de producción de energía sin producción de CO2. 

Por ello, para la comunidad científica internacional es importante que los países que tienen un alto consumo y dependencia del petróleo, tales como Estados Unidos, China, India, Rusia y Japón, entre otros, aceleren en el propósito de invención de tecnologías que trabajen con energías limpias, para que disminuyan las emisiones de gases contaminantes.

No obstante, a pesar de los muchos esfuerzos, actualmente solo el 14% del consumo mundial proviene de energías limpias y el problema es que la sociedad de consumo no frena su apetito de energías fósiles, por razones de tipo económico, ya que dejar de usar gasolina implicaría la pérdida de recursos financieros para muchos países que hoy viven de la explotación y venta de crudo mientras que pasar a otras fuentes de energía, implicaría el cambiar el diseño y funcionamiento de aviones, transatlánticos y otros medios masivos de transporte.

Según el director del programa de Ingeniería Mecánica de la Universidad Simón Bolívar en Cúcuta, Eduardo Adalberto Lemus, mejorar el consumo eficiente de energías provenientes de recursos naturales no renovables tales como el petróleo, el carbón, el gas natural y demás provenientes de fósiles, es clave para garantizar los servicios energéticos.

Por ello, desde la academia se forman ingenieros capaces de utilizar el conocimiento tecnológico para la solución de problemas como la eficiencia energética, la innovación y el emprendimiento de proyectos que den dinamismo económico y empresarial a la región nortesantandereana.

Para la Universidad Simón Bolívar, suministrar información pedagógica respecto al ahorro en el consumo de energías ha sido un papel importante por cuanto es necesario generar una conciencia ambiental que busque la sostenibilidad, pero sin lugar a dudas debe la ciencia, desde la investigación, cambiar el paradigma de que la energía fósil es irremplazable. El asunto es, ¿cuánto más tardará la humanidad en introducir aquella tecnología que reduzca las emisiones de CO2 a cero?  

Precisamente ese fue el planteamiento que hizo la Agencia Internacional de Energía (IEA) en su informe ‘Innovación en energías limpias 2020’,  en el cual traza los retos que ahora tiene la humanidad tras el retroceso que ha significado la COVID-19. 

La IEA señala que el fenómeno de decrecimiento económico mundial por efectos de la pandemia COVID-19 frenaron, además, el desarrollo de proyectos innovadores en materia de energías limpias que eran patrocinados por los gobiernos del mundo. 

De acuerdo con el informe, sin una aceleración importante en la innovación de energía limpia, los objetivos de emisiones netas cero no serán alcanzables. Además, destaca la importancia de que los gobiernos mantengan la financiación de la investigación y el desarrollo en los niveles planificados hasta 2025.

Pero faltarán muchos años, pues según la IEA, se prevé que las tecnologías reduzcan las emisiones de CO2 del sector energético mundial a un neto de cero no antes de 2070. Por ello, para Lemus es indispensable que se haga un uso eficiente de la energía.

“La eficiencia energética se puede definir como la reducción del consumo de energía, manteniendo los mismos servicios energéticos, sin disminuir nuestro confort y calidad de vida, protegiendo el medio ambiente, asegurando el abastecimiento y fomentando un comportamiento sostenible en su uso”, dijo.

Negocio rentable

Lemus destacó que hay energías limpias, como generadores eólicos, paneles solares para el calentamiento de agua, celdas solares para la generación de electricidad, sistemas de iluminación que utilizan la luz del día y desechos como combustibles que están generando un ahorro importante, los cuales, podrían ser aprovechados por parte del departamento, gracias a su ubicación.

Cúcuta se encuentra privilegiada al contar con una de las mejores tasas de radiación del mundo, con una insolación media de 5.335 kilovatios hora por m2 comparado con el promedio de radiación solar de Colombia, que es de 4,5 y el promedio mundial que es de 3. “Eso privilegia a la capital nortesantandereana como una fuente importante de energía para Colombia”, deduce Lemus.

De hecho, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en su último informe detalló que, después de La Guajira, Norte de Santander, Santander, Valle del Cauca, Huila, Boyacá y zonas específicas de Risaralda y Tolima tienen potencial para la generación de energías renovables.

Ante esta posibilidad de generar energía solar en Cúcuta, que sería un negocio rentable, se necesitan profesionales capaces de optimizar los recursos energéticos, llevándolos a crear una energía eficiente y sostenible, optimizando los sistemas mecánicos para disminuir el consumo energético. Esta es una apuesta de la Universidad Simón Bolívar. 

“Norte de Santander requiere ingenieros que mejoren los niveles de competitividad a nivel nacional e internacional; que fortalezcan los sectores mineros, energéticos, y los de producción de bienes y servicios de alto valor agregado e innovación”, concluyó Lemus. 

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