En un tribunal de la Florida, Estados Unidos, un jurado declaró culpable a la multinacional Chiquita Brands, dedicada a la producción y comercialización de plátanos y bananos, de financiar durante la década de 1990 a los paramilitares colombianos. Según expertos, este fallo abre la puerta a futuros juicios que pondrán en el banquillo de los acusados a las empresas nacionales y extranjeras que le hayan entregado dinero a los actores del conflicto armado colombiano.
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El caso se falló en un juzgado de West Palm Beach luego de casi veinte años de alegatos de los defensores de la multinacional y los demandantes, que representaron a nueve víctimas de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC. La tesis que prosperó en el juicio fue que con la entrega de dinero a los paramilitares la empresa hizo posibles los asesinatos, las masacres y los despojos de tierras que estos perpetraron en varias zonas del país, entre ellas el Urabá antioqueño y Córdoba.
Por su parte, la línea de defensa de empresa fue que los pagos eran obligatorios para proteger a sus empleados y que nunca tuvieron la finalidad de patrocinar ninguna actividad delictiva. Esta explicación no convenció al jurado, que concluyó que la multinacional supo de los crímenes del paramilitarismo.
“Este veredicto envía un mensaje contundente a las empresas de todo el mundo que se lucran a expensas de los derechos humanos: sus actos no quedarán impunes. Estas familias, que sufrieron el asedio de grupos armados y corporaciones, demostraron su fortaleza y lograron triunfar en el sistema judicial”, le dijo a la prensa Marco Simons, director jurídico de EarthRights International.