Uno de los grandes pilares que hacen único al Carnaval de Negros y Blancos de Pasto es el juego, la oportunidad de salir a la calle para pintar de negro al vecino el 5 de enero, o de blanco el 6.
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Es tan sólo una de las dinámicas de esta fiesta, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, que no es fácil de entender para el turista, el visitante desprevenido, por lo que es clave prepararse, conocer con anticipación, para evitar inconvenientes y malos momentos.
A lo largo de todos los días del Carnaval de Negros y Blancos el juego se mantiene vivo en cada una de las calles de la ciudad de Pasto, en especial en la zona centro, donde habitualmente se concentra la mayor cantidad de los visitantes.
Los habitantes se preparan para estos días. Puede ser con Carioca, una espuma blanca, que es de fácil limpieza, incluso se elimina rápidamente al secarse y no irrita los ojos si entra en contacto.
Por otro lado, el talco, que muchos confunden con harina, que en Pasto se puede comprar en pequeñas bolsas o por bultos en cualquier esquina, generando verdaderas batallas lanzándose talco y dejando sus calles blancas.
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De ahí, que sea usual que los habitantes salgan a las calles con ponchos, sombreros y unas gafas adecuadas para proteger los ojos de la carioca y el talco y poder jugar sin problema alguno.
Es clave entender que una persona que esté caminando pulcra y limpia, se convierte en el mejor objetivo de aquellos que andan armados de talco y espuma, por eso, a los turistas lo mejor es prepararse con el poncho y las gafas, y utilizar ropa que tranquilamente pueda ensuciar.
En un país donde las noticias sobre crímenes perpetrados por la falta de tolerancia, Pasto le da un ejemplo único, donde lanzan talco y carioca desde los automóviles o hacia ellos, entre desconocidos, y este acto no genera violencia alguna ni reclamos.
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Llegar a este nivel ha sido todo un proceso, para que se entienda que es un juego. Se siente que la ciudad entra en modo ‘Carnaval’ y el campo de juego es la calle, no otro tipo de lugar, las reglas están claras y entre las comparsas, los desfiles y los conciertos, los artistas no se tocan.
Esto aumenta el 5 de enero en el Día de los Negritos, donde habitualmente, la gente salía a las calles a pintar de negro, con betún o tizne, a todas las personas. Hoy en día, ya se realiza con pintura cosmética, y se permite que sea de distintos colores.
La sabiduría y experiencia de los pastusos hace que ellos salgan de sus casas ya pintados, por lo que los turistas son los principales objetivos de este divertido juego.
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