Los incendios forestales en Colombia se redujeron un 34 % en el primer trimestre de este año, pero las alertas se mantienen encendidas porque el fenómeno meteorológico de El Niño amenaza con llegar en los próximos meses y con él, las condiciones climáticas que aumentan las quemas y la deforestación.
Entre el 1 de enero y el 22 de marzo de este año hubo 1.987 incendios forestales en el país, según cifras de la Dirección Nacional de Bomberos de Colombia (Dnbc), mientras que en el mismo periodo de 2022 fueron 3.011.
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Esta reducción se debe al fenómeno de La Niña, causante de “un aumento de las lluvias que evitó la sequedad de la cobertura vegetal que funciona como combustible para las quemas”, dijo a la oficial de Bosques y Cambio Climático de WWF Colombia, Johana Herrera.
Del total de incendios forestales 771 ocurrieron en la región Andina, seguida por la Caribe (633), Orinoquía (374), Amazonía (123) y Pacífica (85), agregó la Dnbc que no registró el número de hectáreas afectadas.
Hasta febrero, 9.083 hectáreas fueron calcinadas por los incendios forestales, según información recopilada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
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Sin embargo, las autoridades ambientales y las ONG se mantienen vigilantes, como es el caso de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que alertó sobre la posibilidad de que la llegada de El Niño en los próximos meses ejerza un “efecto de calentamiento”.
En el caso local, la UIS alertó el aumento del material particulado en el área metropolitana de Bucaramanga debido, seguramente, al aumento de incendios forestales. Por ejemplo, de la medición en la Escuela Normal Superior, se pasó de 22,2 PM2,5 (concentración material particulado) para el 16 de marzo a 50 PM2,5 el 24 de marzo, es decir, en ocho días dicha concentración aumentó en 27,8 PM2,5.
Analistas consideran que las altas temperaturas y poca lluvia en varias ciudades ya vislumbran un panorama de escasez de agua, ante una probabilidad de El Niño en un poco más del 60 % para el segundo semestre.
A la espera
El Niño se caracteriza por un calentamiento de las aguas del Océano Pacífico, lo que puede derivar en sequías en distintas regiones del mundo y provocar una elevación de las temperaturas durante un período de tiempo prolongado, incluso más allá de un año, según la OMM.
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Este fenómeno también influye en la temporada de lluvias y puede intensificar los vientos en diversas regiones. En Colombia, la última vez que El Niño se dejó sentir fue entre 2018 y 2019, mientras que La Niña se instaló en el país los últimos tres años.
La subdirectora de Ecosistemas e Información Ambiental del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), María Yuli González, dijo a que aunque La Niña llegó a su fin, las precipitaciones seguirán en varias zonas del país durante este primer semestre, por lo que la probabilidad de incendios forestales “es baja”.
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