En las últimas horas se hizo viral el video de una jovencita que denuncia el comportamiento indebido de un taxista, quien en medio de un servicio que le hacía por el oriente de Bogotá, terminó acosándola con comentarios y palabras salidas de tono.
La víctima de este hostigamiento, al percatarse del trato abusivo que estaba sufriendo al interior del vehículo de servicio público, decidió grabarlo sin que el conductor se percatara. Aunque nunca apareció en cámara, sí se escucha al hombre, de alrededor 50 años de edad.
“Por eso nos da miedo subirnos a un taxi”, escribió la joven junto al video que se divulgó en TikTok, el cual cuenta con cerca de 48 mil ‘likes’ y aproximadamente mil comentarios de usuarios que, sin duda, repudiaron el acoso del que fue víctima la mujer.
Estos fueron algunos de los incómodos diálogos entre el taxista y la usuaria:
Taxista: Sí, a mí me gustaría que tú compraras un apartamento por acá, me fascinaría. Y yo la llenaría de besos y embelesos si comprara una casita de esas que quedan de aquí para arriba. ¿Sí ha visto las casitas que quedan detrás de todo esta cosa?.
Usuaria: Sí, son bonitas.
Taxista: ¿De esas casas sabe qué es lo que me molesta? Que son chiquitas, ¿sí se ha dado cuenta?
Usuaria: Son súper grandes.
Taxista: Exacto, imagínese los dos viviendo ahí. Tú me llamas por celular: amor, ¿dónde estás? Y yo voy a buscarte...”.
Usuaria: No, yo estoy muy bien viviendo sola.
Taxista: ¿Y su hermano está ahí en el apartamento?
Usuaria: Claro, él me cuida un montón.
Taxista: ¿Y es hermano hermano o puro cuento?
Usuaria: Es hermano, mayor.
Taxista: ...(inaudible) para poder consentir el osito que le conseguí a la niña
Usuaria: No, yo no me encarto.
Taxista: Yo creo que si miro en un espejo, creo que el que sale encartado soy yo (dice en tono burlón).
Posterior a este video, la mujer publicó otros en los que explicaba la situación. “El hecho que yo no demostrara con mi forma de actuar que tenía miedo, no significa que no lo tuviera. Simplemente fue un mecanismo de defensa responder con cualquier cosa para que el tipo me dejara de hablar”, relató.
Y a esto agregó “no me dejó de hablar pero logré lo que me propuse, que era que el tipo no supiera dónde vivía, ni tampoco con quién vivía, ni tampoco dónde trabajaba, aunque me lo preguntó múltiples veces”.
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