En Colombia, la desnutrición crónica afecta principalmente a los niños en sus primeros años de vida, lo que genera graves consecuencias a futuro en cuanto a su desarrollo cognitivo y físico, las cuales varían respecto a su gravedad, ya sea severa, aguda o moderada.
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Entre los signos físicos, para identificar si un menor padece de desnutrición crónica, se evidencian cuando su piel se torna seca, áspera o escamosa, sus extremidades se hinchan, las palmas de las manos y plantas de los pies se encuentran pálidas, su cabello empieza a caer y a cambiar de color, rostro pálido, en el abdomen se marcan las costillas y el menor se ve barrigón.
De otro lado, los signos de alarma se presentan cuando el niño está desganado y ha perdido interés por el juego o actividades cotidianas, puede presentar diarrea y gripa fácilmente, no tiene ganas de comer y se niega a recibir alimentos dependiendo de su etapa de crecimiento y llora excesivamente.
La desnutrición crónica se refiere a la falta, los excesos y desequilibrios en la alimentación de calorías y nutrientes. Las principales causas que son determinantes para que un niño pueda padecerla son: hambre prolongada, la falta de agua potable, falta de saneamiento básico, acceso a servicios de salud, bajo nivel educativo de la madre, desigualdad por ingresos y peso al nacer. Ante la falta de esto, durante los primeros años el niño podría presentar problemas de salud.
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De acuerdo con el último reporte de la Procuraduría General de la Nación, en lo que va corrido de 2022 han muerto 122 menores de cinco años en el país por causas relacionadas a la desnutrición, cifras que dan cuenta que el departamento del Chocó es la zona con más de 21 casos confirmados, seguido por La Guajira y Cesar, con 13.
Ante el elevado aumento de muertes asociadas a la desnutrición, la Defensoría del Pueblo pidió medidas urgentes para mitigar esta problemática. Según la entidad, es preocupante la situación nutricional de los niños que habitan en La Guajira, debido a que el 24 % de las muertes notificadas en el país corresponden a ese departamento.
“Como sociedad debemos sentirnos avergonzados por seguir registrando, de manera recurrente, que los niños y las niñas mueren porque no podemos garantizarles alimentación y nutrición adecuada. Toda la institucionalidad del Estado debe trabajar de manera articulada para garantizar la vida de todos los niños. Esta debe ser una prioridad nacional”, puntualizó el defensor Carlos Camargo.
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Un grave riesgo
Con el fin de alertar sobre este asunto de salud pública, la Fundación Éxito entregó nuevamente al país el índice de desnutrición crónica, revelando que más de un millón de niños se encuentran en grave riesgo de padecer desnutrición crónica.
De acuerdo con el informe, de los 32 departamentos 28 de ellos, principalmente Amazonas, Chocó, Guainía, Guaviare, Vaupés y Vichada, tienen comprometido el desarrollo de menores de cinco años, evidenciando que el 100 % de los municipios en los que habitan están en los niveles más bajos del índice de desnutrición, y como ellos otros niños de 385 municipios del país están en riesgo de sufrir la enfermedad, representando un aumento de riesgo en 82 %.
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Así las cosas, esto representa un crudo panorama para la población infantil, ya que el informe revela que no hay un solo departamento en el que la población esté exenta de padecer desnutrición crónica. De los 1.121 municipios analizados, los cinco con mayor riesgo son Mapiripán (Meta), Pacoa (Vaupés), Puerto Alegría (Amazonas), Bajo Baudó (Chocó) y Manaure (La Guajira).
Este análisis comprende el estudio de los periodos entre 2015 y 2020, dejando en evidencia que La Guajira, en ninguno de sus municipios, mejoró, pese a los reiterados llamados, empeorando en un 60 %.
Igualmente, en Cesar, Atlántico y Bolívar se han ido deteriorando las condiciones que propician la enfermedad. Estos hechos se explican porque 49 % de las muertes por desnutrición crónica en menores de 5 años en 2020 sucedieron en estas zonas de Colombia.
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“Estos indicadores y otros más, como mortalidad en la niñez, calidad del agua y bajo peso al nacer, son determinantes de la desnutrición crónica. No podemos quedarnos inmóviles ante unos resultados tan preocupantes. El Índice de Desnutrición Crónica es un indicador líder que puede orientar decisiones de las autoridades, en tanto el país aplica una nueva encuesta de situación nutricional”, explica Paula Escobar, directora de la Fundación Éxito.
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En lo que respecta a este año, de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Salud, teniendo en cuenta el Boletín Epidemiológico Semanal con corte al 5 de noviembre de 2022, se han registrado 18.642 casos relacionados con desnutrición aguda en menores de 5 años en todo el país, lo cual representa un aumento de 6.972 casos por encima de lo esperado, debido al comportamiento histórico del INS.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), a través del informe Focos de Hambre, envió una alerta a principios de enero de 2022, asegurando que la inseguridad alimentaria en Colombia se agudizará, teniendo en cuenta diversos factores, entre estos el impacto de la pandemia a causa de la COVID-19, la crisis migratoria, desplazamiento interno y la combinación de la inestabilidad política.
La pandemia, si bien no es un factor predominante en la historia de la desnutrición en el país, si tuvo una repercusión en los indicadores que fueron evaluados por la Fundación Éxito, ya que debido a los confinamientos se disminuyó los controles prenatales, agravando indirectamente la situación de bajo peso al nacer, incrementó la mortalidad materna, entre otros indicadores que sintetiza el Índice de Desnutrición Crónica, lo cual permitió evidenciar un mayor riesgo en la población infantil de padecer la enfermedad.
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Por un lado, la vacunación disminuyó 14,4 % entre 2019 y 2020, pasando de 76 % a 61,1 %; los controles prenatales de madres gestantes de nacidos vivos bajaron 3,74 puntos porcentuales y está 14,8 puntos por debajo de la meta establecida, al pasar de 83,92 % a 80,18 % entre 2019 y 2020.
En consecuencia, se incrementaron factores que agudizan el riesgo de desnutrición como la mortalidad materna, cuya razón fue de 45,3 por 100.000 nacidos vivos en 2018 y pasó en 2021 a ser de 78,3, de acuerdo con los reportes epidemiológicos del Instituto Nacional de Salud.
Además de la pandemia, existen otros factores que favorecen la aparición de la enfermedad como la falta de agua potable, el suministro de alimentos y nutrientes necesarios para el desarrollo infantil y la atención médica.
Para José Villegas, analista de Gestión de Conocimiento, “en este año, en un contexto de alta inflación en alimentos, estamos viendo que se está poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de los hogares y esto repercute en una mayor prevalencia de desnutrición aguda, a octubre de este año se registraron 51 % más de casos que el año pasado y 27 % más respecto a 2019”.
Si bien el Estado cuenta con programas permanentes a través del Ministerio de Salud y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, es importante reiterar el llamado al Estado y la sociedad civil en general, para que se actué en las siguientes líneas, con el fin de mitigar la enfermedad.
Lo primordial es garantizar el acceso a la salud y nutrición para mujeres gestantes, como una medida para reducir las muertes maternas, el bajo peso al nacer y las muertes no fatales por complicaciones obstétricas. Así mismo, garantizar el servicio de salud a los niños de primera infancia.
De otro lado, fortalecer y ampliar los programas de recuperación nutricional para poblaciones con mayor riesgo y prevalencia de desnutrición aguda moderada y severa; también se debe poner en práctica las estrategias de prevención y promoción de la salud; y garantizar una completa alimentación durante el año y sin interrupciones a mujeres gestantes y niños y niñas en primera infancia.
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De acuerdo con Juan Carlos Buitrago, director ejecutivo del Banco de Alimentos (Abaco), en el país cerca de 19,6 millones de colombianos cuentan con dificultades para acceder a los alimentos, de los cuales el 6,1 viven en pobreza extrema, otro factor determinante para que la población menor de cinco años padezca desnutrición crónica.
“En Colombia se está botando una tercera parte de los alimentos que se producen, es por esto que destacamos las iniciativas que llevamos a cabo de la mano de nuestros aliados, con el objetivo de continuar recuperando la mayor cantidad de alimentos posible para mejorar y dignificar la vida de muchos colombianos en situación de pobreza extrema”, aseguró Buitrago al diario La República.
Según Buitrago, Abaco en lo que va del año, con el objetivo de disminuir la desnutrición infantil en Colombia, ha entregado más de 1.569 toneladas de ayudas a cerca de 1,2 millones de personas en condiciones de vulnerabilidad.
Si bien no cubre a toda la población afectada, disminuir la desnutrición es un reto que implica no solo a estas organizaciones, sino debe ser una responsabilidad del Estado.
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