En la Clínica San Nicolás de Barrancabermeja, Santander, permanece una menor de 18 años meses luego de comerse una martinica. La Policía del Magdalena Medio reveló en su balance que estos hechos se presentaron este martes, 24 de diciembre, en medio de la celebración de Navidad.

“La menor ingirió pólvora blanca, martinica, en un descuido de su progenitora. En estos momentos está siendo atendida en un centro asistencial a la espera de una evolución satisfactoria”, dio a conocer el coronel Mauricio Arley Herrera Luengas, comandante de la Policía Magdalena Medio.

Desde la secretaría de Salud de Barrancabermeja señalaron que, afortunadamente, la niña no presenta síntomas severos y se está a la espera del avance del tratamiento. La Policía advirtió que por este caso se adelantará el proceso de restablecimiento de derechos a la menor de edad.

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Un niño muerto por consumir pólvora en Santander

Este caso se sumó a la lamentable muerte de un menor de 6 años por comer pólvora blanca pasado 15 de diciembre también en Barrancabermeja, Santander, después de un encuentro familiar.

Después de luchar durante cinco días por su vida, el menor de 6 años falleció cinco días después en la Clínica Foscal Internacional de Floridablanca. “La situación de salud del menor se complicó y se realizó traslado hacia la clínica Foscal Internacional. Seguimos insistiendo y enviando un mensaje contundente a los padres de familia: alejemos a nuestros niños y niñas de la pólvora”, dio a conocer el secretario de Salud de Barrancabermeja, Andrés Manosalva Camargo, en su momento.

¿Qué causa la ingesta de fósforo blanco?

El fósforo blanco es tan letal que, según la Organización Mundial de la Salud, solo basta con que un menor use la pólvora y después sus manos tengan contacto con su boca para generarle algún grado de intoxicación. La situación es peor cuando el niño se come la pólvora.

De acuerdo con el toxicólogo Álvaro Cruz Quintero, director del Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (Crue), las primeras 24 horas son cruciales para salvarle la vida a un menor de edad. Esta situación de urgencia es la que pone en riesgo la salud del niño, pues sus síntomas tienden a ser confundidos con los de una enfermedad digestiva.

“Luego de 24 horas de la ingesta de pólvora no les vamos a poder salvar la vida, porque van a tener problemas hepáticos, renales, neurológicos, cardíacos y probablemente van a fallecer”, explicó el experto.

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De hecho, señaló que cuando la pólvora ingresa al organismo, produce una quemadura en el estómago.

“Al producir esa quemadura, se transforma en otra sustancia, que es pentóxido fosfórico. Este penetra en el organismo y se convierte en ácido fosfórico, y este a su vez produce un daño directo en el hígado, le causa una falla hepática aguda por la que este órgano, que hace todo el metabolismo del organismo, le impide a los pacientes recuperarse”, agregó.

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