Wilmer Valencia estuvo sepultado por varios segundos bajo el lodo y la tierra de una montaña que se desprendió en el departamento de Nariño. El maquinista trataba de despejar la vía cuando un alud de tierra se le vino encima.
El maquinista de 35 años llegó hasta el municipio de Santacruz, Nariño, con la misión de despejar la vía que se encontraba taponada a causa de las lluvias.
“Se mataron los maquinistas”, dice un hombre mientras graba con su celular, al fondo la retroexcavadora es arrastrada por el lodo. Inmediatamente el señor que graba dice: ”¡Ay no, está vivo, está vivo! Necesitamos a los bomberos”.
Para rescatarlo tuvieron que intervenir 12 voluntarios entre bomberos y pobladores de ese municipio del suroccidente del país. El abismo era de 100 metros.
Después de rescatarlo con una cuerda, el hombre subió empantanado de pies a cabeza y es cuando uno de los rescatistas le dice: “Tranquilo que Dios es grande” y le da de beber una botella de agua.
Después del rescate Valencia dijo que, pese a que las condiciones del clima le impedían trabajar, fue presionado por la comunidad para que despejara la vía.
“Uno de los que allí estaban supervisando el despeje del derrumbe, se subió a la máquina y con palabras soeces me dijo que si me daba miedo, que él hacia el trabajo”, le manifestó el maquinista a la gobernación de Nariño.
El hombre fue trasladado hasta el hospital de Túquerres donde se le realizó la valoración médica. Se encontró bien de salud.
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