En los últimos años la buena imagen de Colombia en el exterior ha corrido por cuenta de nuestros deportistas.
El triunfo el viernes pasado de la selección en París derrotando a uno de los favoritos en Rusia, uno de los históricos del mundo como lo es Francia, y especialmente por la remontada del marcador cuando al inicio se presagiaba un desastre con el 2 – 0 en contra en apenas 26 minutos, el triunfo es mucho más importante.
Desde hoy la selección Colombia será vista como uno de los equipos con mejores opciones hacia el mundial que está próximo a empezar.
De hecho Colombia, en los 2 eventos deportivos más importantes del mundo de este año, mundial de fútbol y tour de Francia, comienza con grandes posibilidades y eso ya es mucho en temas de imagen.
Hace algunos años empezábamos a disfrutar de nuestros éxitos deportivos con las etapas del Tour de Francia, en momentos en que de estudiantes en Francia con Memo Cabrera, fuimos a algunas etapas en las que ya “Lucho “ Herrera y Fabio Parra comenzaban a ser leyendas.
En esas épocas, y ahora también, esos triunfos eran por lo menos un respiro para escuchar hablar bien de nuestro país así fuere por unos días.
Hace un par de meses ya escuchaba de buenos comentarios también por la firma del acuerdo de paz.
Los éxitos de nuestros deportistas en el exterior, con mucho esfuerzo y coraje, y el viernes con una gran disposición táctica de Pékerman que supo darle una lectura al juego y cambió rápidamente la estrategia, muestran que el colombiano es capaz de muchas cosas positivas.
Hace poco un escritor pamplonés, Luis Maldonado, ganó un importante premio literario en Barcelona.
A finales del año pasado me tomaba un café con el jefe de prensa de la embajada de Francia, y me comentaba del interés y la cantidad de visitas que se habían disparado para conocer Colombia después de la firma de la paz, porque allá todavía se ve este lado del mundo como un territorio de posibilidades, de unas inmensas posibilidades en biodiversidad, cultura diversa, o como mejor me lo decía en estos días una alemana en Bogotá: lo que más me gusta de Colombia es la alegría de su gente.
Por ahora, disfrutemos sin euforias ni excesos de nuestra selección y de nuestros ciclistas, que seguirán siendo nuestros mejores embajadores, porque como suele suceder, frecuentemente no nos damos cuenta de nuestro potencial, riqueza y ventajas que tenemos.
Allez la Colombie.