Ante el poco alcance del actual Código para enfrentar los fenómenos que atentan contra la seguridad y convivencia ciudadana, pues tiene una vigencia de 46 años (1970), el presidente Santos firmó la ley mediante la cual se expide el Nuevo Código de Policía Nacional, el cual entrará en vigencia a partir del 30 de enero.
Los 245 artículos del Nuevo Código contienen las herramientas jurídicas para atender las necesidades de la ciudadanía que surgen en los diferentes estratos sociales. Allí se contemplan multas económicas y sanciones pedagógicas, según el caso, para aquellos comportamientos que afectan la convivencia y la tranquilidad de la comunidad. Así, quienes saquen sus mascotas a la calle y no recojan sus excrementos pagarán $98.000, quienes conviertan las calles y parques en baños públicos serán sancionados con $778.000, quienes consuman bebidas alcohólicas y alucinógenos en lugares públicos pagarán $195.000. No ceder una silla o colarse en un bus de servicio urbano tendrá igualmente su sanción económica.
A quienes por motivos de reuniones o fiestas generen exceso de ruidos que afecte la tranquilidad de la comunidad pagarán $390.000. La norma vigente solo permite pedir al organizador del evento que baje el volumen, pero el Nuevo Código le permite a la Policía aplicar el respectivo comparendo y si el infractor es renuente, la desactivación temporal de la fuente de energía. En casos excepcionales la Policía puede ingresar a una vivienda sin orden de allanamiento de un juez.
Las riñas callejeras y agresiones verbales contemplan multas tipo uno ($98.000), y dos (196.000). El ciudadano escoge entre pagar multa o participar en un programa de pedagogía de convivencia.
Queda prohibida la quema de pólvora y los actos circenses en las calles, así como hacer grafitis y quienes los pinten responderán por los daños, aunque la policía no les decomisará los instrumentos utilizados. No habrá más vendedores ambulantes.
Las protestas sociales deben contar con el permiso de las autoridades y serán disueltas cuando se considere pertinente. Los alcaldes quedan autorizados para aplicar toques de queda para niños, niñas y adolescentes. Se ubicaran en refugios los habitantes de calle.
Se espera que la implementación cuente con las acciones pedagógicas que permitan ir asimilando a costos no tan altos, el cambio de la permisividad al duro castigo. Esto hará que en poco tiempo estemos hablando de un país con gran civismo.