Las equivocaciones de los árbitros en el juzgamiento de jugadas cruciales en los partidos de las semifinales de los campeonatos de clubes en el futbol de Europa han conducido a resultados contrarios a la realidad revelada por las imágenes de la televisión.
Esto ha llevado a discusiones largas fuera de los estadios y que tienen que ver sustancialmente con el uso de ayudas audiovisuales que sean fiel apoyo para los jueces.
Este debate ha estado en la mesa desde hace rato. La utilización del denominado VAR (video assistant referee) ha sido frenado por dirigentes que alegan que con ello se le quita la esencia al futbol que es dinámico y su aplicación obligaría a detener el juego para revisar las imágenes y emitir un nuevo veredicto.
Lo cual no es válido en otros deportes donde ya se aplica esta metodología, tales como el tenis, el beisbol y rugby; pero si se ha llegado a decisiones justas que quitan todo manto de duda en jugadas que podrían ser polémicas y su juzgamiento equivocado podría cambiar un resultado.
Este año en el campeonato mundial de futbol de Rusia se hará el estreno al VAR para asistir a los árbitros en competiciones auspiciadas por la FIFA.
Los enemigos de este tipo de tecnologías aplicadas al deporte estarán atentos para saber si fracasa y cobrar por ventanilla esgrimiendo su tesis.
Es curiosa la posición adoptada por Bixente Lizarazu exjugador de futbol francés y campeón en 1998 con su selección, quien para matizar la discusión en torno al tema ha dicho que el futbol con VAR es como el sexo sin placer: en el momento que comienzas a lanzar cohetes, te mandan a parar.
En Colombia aún estamos lejos de contar con este tipo de auxilio tecnológico, por ahora solo se transmiten todos los partidos de la Liga por televisión, pero se requiere adaptar cabinas y contar con especialistas capaces de juzgar imparcialmente, además que las imágenes se exponen al escrutinio del público.
A propósito de Colombia y escrutinios, justo antes de la elección presidencial, hay que tener en cuenta que el conteo de votos y la emisión de resultados son manuales y el proceso tiene muchos eslabones con la intervención de muchas personas que en algún punto podrían alterar un acta y cambiar la voluntad de los votantes expresada mediante el voto.
Es tiempo de cambiar a un mecanismo de elección electrónica, es el momento de actualizarnos y ponernos a tono con tiempos modernos en esta materia.
El voto electrónico debe brindar también formas de garantizar la legalidad, pero debe estar blindado para evitar cualquier alteración del proceso.
Luego del incidente de las papeletas para la consulta presidencial en la última elección nos enteramos de las debilidades del sistema y hasta hubo una reprimenda del presidente Maduro por no contar con métodos electrónicos, lo que no nos dijo el mandatario del vecino país es que sus máquinas lo han ayudado a él y a su partido a ganar elecciones con fraude y para la elección próxima su foto estará diez veces en la tarjeta electoral, una flagrante muestra de la manipulación del mecanismo de elección.
No será para el 27 de mayo pero la Registraduría Nacional debe estar pensando con seriedad en adquirir este tipo de instrumentos que brinden seguridad y transparencia al voto de los ciudadanos, contando con un sistema de auditoría aún mejor que el VAR.