Las expectativas que generan unas elecciones que están a tres meses son enormes. Existen muchos candidatos, se generan alianzas, corre dinero en algunos casos para conseguir avales, es tanto el entusiasmo que da la impresión que ahora si va a haber un cambio en el país, que ahora sí tendremos un Norte de Santander para todos, y por fin tendremos el alcalde que Cúcuta necesita. La realidad es que las decepciones vienen muy pronto. Recuerdo que hace cuatro años me invitaron a una reunión que podía llamarse en ese momento “soñadores por una Cúcuta mejor” en el la cafetería Toffee de la 1 Este con 16, y ahí, estábamos 5 personas, sin saberlo, ahí estaba el futuro alcalde de Cúcuta. Solo pasaron 4 meses cuando el ingeniero ya se había posesionado, y muy amablemente me invitó a su despacho para hablar de temas de ciudad, y ante mi pregunta sobre sus proyectos para el tema del transporte de Cúcuta, una vez lo escuché expresando que iba a hacer un tranvía por la Libertadores y un subterráneo en el Ventura Plaza, me di cuenta que no habíamos elegido a la persona idónea para ser alcalde.
Alguien me hacía un cálculo político bastante probable sobre el tema de la alcaldía: si las elecciones fueran hoy, las elecciones las ganaría Jorge Acevedo, pero César Rojas cada día se le está acercando. Y seguía en su comentario.” Lo que pasa es que de todos los candidatos el que tiene mejor jefe de debate es César Rojas. Su jefe de debate es Jairo Yáñez, porque ha sido tan pésima su administración, que la gente compara, y dice, al menos Rojas hizo unos puentes que no fueron los mejores, pavimentó muchas calles, y en cambio, qué ha hecho esta administración?”. Qué ironía, pero es bastante probable.
Según esos mismos cálculos, y a pesar de la pólvora y ese entusiasmo que podría darle a pensar a cualquier desprevenido que “ahora sí viene el cambio”, lo cierto es que tanto en Cúcuta como en el departamento hay un gran desencanto, frustración, porque con William nuevamente a la gobernación, y para la alcaldía no llega el alcalde que necesita la ciudad, se habla que hay una altísima franja de más de 60 mil electores que no saben por quien votar. Es muy lamentable que a Jaime Buenahora se le haya presentado ese impase de salud, que como me lo escribió en un emotivo mensaje “me duele el alma”, porque Cúcuta se queda sin el mejor candidato que podía llegarle a esa altísima franja de indecisos, y él si era el alcalde que Cúcuta necesitaba.
Por los lados del departamento, ojalá que la candidatura del general Mora tome fuerza, y se convierta en una opción electoral probable para la región. La inseguridad del país y de la ciudad es alarmante. Cada vez encuentro más amigos que me dicen que ya casi no salen en las noches a restaurantes. Si el presidente Petro de manera urgente no toma medidas para luchar contra la inseguridad, apoya de alguna manera a los alcaldes, su gobernabilidad va a estar muy afectada, y ahora peor que su hijo fue detenido por la fiscalía.
Muchos avales e inscripciones, mucho ruido, pocas ideas y propuestas. Aun así, con los que quedan en la contienda electoral, debemos tratar que sea lo mejor para el departamento y la ciudad, porque con lo que está sucediendo en el país ya es bastante para no ser muy optimistas. Como lo escribe el investigador Mauricio García Villegas en su excelente libro “El país de las emociones tristes”, ya es hora de tener escenarios más optimistas de país y región.