En buena hora la Cámara de Comercio de Cúcuta decidió organizar una nueva edición del foro “Expogestión Frontera”. En agosto, expertos locales, nacionales e internacionales buscarán esbozar una agenda de trabajo en temas estratégicos para el departamento, como educación, innovación, emprendimiento, gestión urbana y liderazgo. Este es un esfuerzo que merece todo el apoyo y el aplauso.

Las dificultades por las que atraviesa  Norte de Santander son, desde hace varios años, inocultables: débil capital humano (ocupamos el puesto 12 entre los 29 departamentos del país), falta de fortaleza en la economía (puesto 15),  escases de empleo formal, baja eficiencia (puesto 17), pobrísima infraestructura y caos urbano en Cúcuta.  Por supuesto, hay que hablar del caos urbano en Cúcuta, la marcada inseguridad y la falta de control y presencia del Estado en el Catatumbo. Si no hacemos ahora esfuerzos serios y consistentes para corregir las cosas, el futuro no será mejor. Pero requerimos un fuerte apoyo de la nación, el sector privado y la dirigencia política. Por supuesto, los nortesantandereanos debemos elegir los mejores candidatos para los cargos locales.

El gobierno nacional no puede esconderse detrás de las debilitadas finanzas públicas para no aumentar sus inversiones en el departamento. La deuda que el gobierno tiene con nuestra frontera, después de años de indiferencia frente a ella y de descuido, es muy grande. Bien haría el Presidente Santos en distraerse un poco de sus admirables esfuerzos por la paz, para mirar con mayor preocupación e interés hacia esta parte del país.  Necesitamos su atención, y su exigencia al equipo que lo acompaña, para emprender nuevas acciones y lograr mejores resultados en el Norte de Santander.

El departamento y su capital son geoestratégicamente fundamentales para la Nación, de cara a lo que va a suceder en Venezuela, con Maduro o sin Maduro. Si Venezuela estalla económica, social y políticamente, el estallido no va a tomar la forma de una implosión, sino de una explosión que afectará notoriamente nuestra ya débil frontera y al resto de Colombia. No nos digamos mentiras: el país y su frontera no están preparados. Si por el contrario, la situación venezolana mejora, por milagro de Dios y de José Gregorio Hernández, nuestra región también debe estar lista para aprovechar mejor las oportunidades que se presenten.

Hay que sentir admiración frente a los empresarios locales que, luchando sin grandes apoyos, le siguen apostando al futuro de la región. Los que han levantado los modernos centros comerciales, los que acaban de construir el nuevo hotel Holiday Inn, que tanta falta le hacía a la ciudad. Los industriales del calzado y del vestuario que han mejorado muchísimo en diseño y calidad, y que exportan a varios mercados internacionales, a pesar de los sobrecostos que nuestra situación geográfica y la falta de vías hacia los puertos les han impuesto. Hay que aplaudir también a los cultivadores y productores de aceite de palma, que valientemente han enfrentado las dificultades y peligros en la zona del Catatumbo. A los exportadores de carbón, a los cultivadores de cebolla, tomate y algunos frutales, que producen y comercializan un porcentaje altísimo del total nacional, a pesar de las desastrosas carreteras. Todos ellos son prueba de que tenemos un empresariado con temple y coraje para enfrentar las dificultades. Con mejo
res circunstancias que les permitan mejorar la productividad de sus empresas y orientación en materia de  innovación, ese empresariado puede fortalecerse y aumentar exponencialmente.

De allí la relevancia del Foro de la Cámara de Comercio para ofrecerle una hoja de ruta al empresariado y al gobierno, tanto nacional como local. Buena ésa.