A dos meses de la elección de dignatarios regionales: gobernadores, alcaldes, concejales y diputados, se incrementa la publicidad. Por tanto las pancartas y vallas publicitarias pululan como es usual para esta época, así como también se hacen más visibles los candidatos en reuniones, manifestaciones y se repiten las entrevistas matutinas en la radio y los canales de Facebook. Ese círculo mediático lo cierran las encuestas y no faltan los pronosticadores que aseguran desde ahora quienes serán los ganadores.
La Misión de Observación Electoral (MOE) hace un trabajo riguroso de seguimiento a los candidatos y las zonas que pueden tener mayor riesgo para que ocurran actos que atenten contra la buenas costumbres electorales, por eso es que identifican ciudades y departamentos propensos a que se cometan actos impropios en el proceso de selección de estos servidores públicos y la señalización de quienes tienen procesos pendientes o nexos con actividades ilícitas realizadas individualmente o por medio de grupos al margen de la legalidad.
Llama la atención entre sus informes los que tienen en la mira a los corruptos, esos datos están contenidos en el Informe sobre hechos de corrupción cometidos por funcionarios. El último publicado abarca el periodo del 1 de enero al 31 de julio de este año. De allí se desprende que durante ese lapso la MOE ha registrado 224 hechos de corrupción contra la administración pública que involucran a 210 funcionarios. Los involucrados en estos hechos de corrupción son alcaldes (95), secretarios (62), directivos (27), empleados públicos (21), y gobernadores (19). También se sabe que 174 de estos funcionarios están siendo investigados (93 por cometer faltas penales, 74 por faltas disciplinarias y 7 por faltas fiscales); y 50 funcionarios han sido condenados (33 en materia disciplinaria, 10 en materia penal y 7 en materia fiscal).
Esa conducta no es para aplaudir, sino para condenar y rechazar con énfasis porque constituyen faltas graves contra la democracia que les dio la oportunidad de llegar a puestos de elección en algunos casos y otros por designación de los mandatarios o directivos de organismos vinculados al aparato estatal. En el primer caso están también representando a los ciudadanos que votaron por ellos y le depositaron su confianza, la cual es traicionada con su conducta irregular.
Gracias a ese mismo informe se sabe cuáles son los sectores en los cuales se cometen las faltas por las cuales se hacen sus autores acreedores al título de corruptos. Ellos son: Educación con 34 casos (14,2%), Salud con 33 (13,8%), Función Pública con 33 (13,8%), Servicios Públicos con 29 (12%) e Infraestructura con 23 (9,6%). Y cuáles son las modalidades mediante las cuales se cometen esas faltas, ellas son: en primer lugar usar el cargo para beneficiarse a sí mismo, a su familia o amigos, luego están en orden de frecuencia el pagar contratos por obras o servicios no prestados o entregados y también se ha detectado la modalidad de permitir actos de corrupción por descuido o falta de vigilancia.
Estos números nos deben mover a pensar que son muchos los funcionarios que incurren en estas faltas entre los que actualmente se desempeñan en sus cargos y nos sirven también para escudriñar a los candidatos a los cargos que se elegirán en los próximos días. Desde ya se dan por elegidos el alcalde y el gobernador, pero de acuerdo con lo que se conoce de estos personajes: sus amigos, sus actuaciones pasadas, sus compromisos y vínculos ¿los hacen aptos para ser los mejores administradores de la ciudad y el departamento?
jorgepabonl@yahoo.com