Mucho se discute en la actualidad sobre la manera de direccionar los gobiernos a la sostenibilidad, esto, como importancia para la adaptación al cambio climático, mitigación de riesgos y mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de las ciudades, pero, ¿por qué las ciudades?, las ciudades son el resultado de los asentamientos de la población en alta densidad, es decir, espacios urbanos con servicios, comercio e industria. La población mundial sigue en crecimiento y se concentra cada vez más en espacios urbanos. Hoy en Colombia, cerca del 75% de la población vive en las ciudades y sigue aumentando este porcentaje; las ciudades que albergan mayor población son: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Cúcuta, solo en estas seis ciudades capitales, se alberga cerca del 30% de la población de Colombia. De esta forma, es necesario implementar en las agendas de gobierno la gestión ambiental urbana para la sostenibilidad en las ciudades. Lograr ciudades sostenibles es uno de los 17 Objetivos de Naciones Unidas. Cabe resaltar que, para las ciudades en crecimiento en los países de desarrollo como Colombia, puede ser más fácil alinearse al desarrollo sostenible, pues pueden ejecutar planes y proyectos sostenibles de menor costo y menor grado de complejidad, ya que no tienen los problemas de gestión que se presentan en grandes urbes como: Bogotá, Ciudad de México, Sao Paulo etc.
Para fines de comprensión general, una ciudad sostenible se entiende como: “ aquella que ofrece una alta calidad de vida a sus habitantes, que reduce sus impactos sobre el medio ambiental y que cuenta con un gobierno local con capacidad fiscal y administrativo para mantener su crecimiento económico y para llevar a cabo sus funciones urbanas con una amplia integración ciudadana “ Ahora bien, la pregunta es: ¿qué debemos hacer para llegar a eso? , es clave y se puede afirmar que, para ello, de manera inicial se debe vincular el medio ambiente en el ordenamiento territorial y los planes de desarrollo, como un pilar de gestión, se deben ejecutar proyectos tangibles es decir, acciones más que intenciones, en distintos ámbitos, buscando que los tomadores de decisiones como, alcaldes y gobernadores, estén convencidos que la ruta no es pensar en un gobierno a cuatro años, sino planificar a largo plazo, a 30 y 50 años, no pensar en pavimentar vías y dar obras para ganar votos en las próximas contiendas electorales, deben de verdad, ser funcionarios públicos y planificar en forma conjunta y participativa hacia el desarrollo sostenible de la ciudad, centrándose en movilidad y transporte sostenible, reducción de residuos y aumento de reciclaje, zonas francas ecoindustriales, seguridad ciudadana, calidad de agua y saneamiento, energías limpias, construcción sostenible, prevención de riesgos, acceso a educación. Si se logra la articulación de los anteriores aspectos, no solo se tendría una ciudad sostenible con mayor y mejor capacidad de soporte, si no que se mejoraría la calidad de vida de los habitantes, aumentado las oportunidades de empleo, participación ciudadana y disminución de brechas sociales existentes en nuestro país.
Danny Ibarra Vega; Universidad Sergio Arboleda; danny.ibarra@usa.edu.co