Cada día crece la expectativa por la realización de la décimo cuarta reunión del G-20 en Osaka, Japón, durante los días 28 y 29 de junio. Esta será la primera vez que este importante foro se celebre en territorio nipón. La cumbre anterior se celebró en Buenos Aires entre el 30 de noviembre y el primero de diciembre de 2018.
Este es, indudablemente, el principal espacio mundial de liberación política y económica, pues reúne 19 representantes de las principales economías del mundo más la Unión Europea. En representación de Latinoamérica están Argentina, Brasil y Méjico.
El G-20 representa el 66 por ciento de la población global, el 85 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y el 75 por ciento del comercio internacional.
La atención está enfocada en el posible encuentro de los líderes de las potencias allí presentes. Según los expertos, el espacio será propicio para una reunión entre el presidente estadounidense Donald Trump y el mandatario ruso Vladimir Putin, para tratar, entre otros temas, una posible salida a la crisis de Venezuela.
Puede ser, además, una gran oportunidad para tratar lo referente a los graves efectos de la guerra comercial, como consecuencia de la aplicación de aranceles por parte de Estados Unidos a las importaciones procedentes de China y Méjico, por ahora.
Pero, así como se considera esta cumbre de potencias un espacio oportuno para el encuentro de líderes, en pro de una solución a los graves impases, también se contempla la posible ausencia de algunos mandatarios para evitar confrontaciones directas con sus contendores.
El presidente mejicano, Andrés Manuel López Obrador, ha informado que no asistirá, actitud que ha generado rechazo de parte de políticos y analistas. En representación del país azteca participaran el canciller y el ministro de Hacienda.
Aún queda tiempo.