Trump, que apenas lleva diez días en el poder, no ha podido empezar peor. Si ese es el comienzo, en donde al presidente de una de las naciones más poderosas de un mundo que se encuentra asediado por múltiples problemas, no se le ocurre nada diferente sino arremeter contra su vecino para obligarlo a construir un muro con sus propios recursos, humillándolo, imponiéndose como un dictador, dando una orden, creando en tan solo una semana una posible guerra comercial con México, si ese es el presidente que va a dirigir por cuatro años los Estados Unidos de América, pues de las muchas cosas que se han dicho hasta el momento, creo que es muy sensato lo expresado por el analista Leon Valencia, en el sentido de que Trump no va a terminar su mandato. Desde luego, que antes de una eventual salida el mundo podrá vivir cualquier cosa, lo peor, hasta una confrontación inimaginable y catastrófica.
Cuando se ve al nuevo inquilino de la Casa Blanca y tratamos de entenderlo para saber para dónde va el mundo, que le espera al planeta en los próximos años en temas como medio ambiente, inmigrantes, xenofobia, globalización y todos los demás, en ocasiones pareciera que cuando vemos a Trump despachando y tomando decisiones desde el palacio presidencial con su bolígrafo expidiendo órdenes ejecutivas, rodeado de asesores con cara de tontos que se congratulan con sus decisiones, pareciera que estamos viendo es una de esas películas americanas aburridas, que discurren entre ciencia ficción y comedia, de esas que pasan frecuentemente por televisión y que a lo único que incitan es a cambiar de canal o dormir. Pero no, es la realidad. Por estos días el diario El Espectador hacía un símil parecido entre la película el dictador de Chaplin y el magnate americano. En eso ya estamos. Hasta conviene ver esta última película muda de los años 40 para entender lo que nos puede suceder en los años venideros, cuando un barbero que es herido y hospitalizado, al salir encuentra un mundo totalmente diferente y con la amenaza del nazismo.
Trump acaba de expedir otra medida. Prohibición y controles a toda persona de origen musulmán que trate de ingresar a los Estados Unidos. Entendible por algunas de las agresiones que han sufrido en años anteriores y lo que hoy vive Europa. Muchos señalan con claridad que un mandato como el de Trump corresponde al fin de una era, a una época en la historia de la humanidad que culmina y en la que el liberalismo fracasa como ideología. Sin duda que gobiernos como este van a polarizar más al mundo, e incluso lo van a radicalizar, como puede estar sucediendo en este momento con los mexicanos cuya economía depende en más del 60% de los Estados Unidos. Se imaginan el otro gigante del mundo, allá en Asia, expectante y dispuesto a capitalizar los errores políticos del magnate norteamericano, y por ejemplo, que en el caso de México que por la posible guerra comercial con USA, China capitalice ese error y decida comprarle sus productos a México? ¿Que esa medida de Trump de construir el muro, lleve a muchos países de América Latina a mirar más hacia china que hacia el Norte? Todo ello es posible, y eso que Chaplin no alcanzó a conocer al magnate, o si no la película habría sido mejor.