Para celebrar un nuevo aniversario la institución educativa más antigua de la ciudad, el colegio Sagrado Corazón de Jesús (Corsaje) organizó una función de gala que resultó ser un verdadero acontecimiento por la concurrencia de los antiguos rectores, los exalumnos y muchos otros personajes que, al unísono resaltaron la importancia que tiene el colegio Sagrado Corazón de Jesús, no solo por su nutrida historia, sino por el presente y por lo que representa en el ámbito de la educación en nuestra ciudad.
Han pasado 115 años desde cuando un pequeño grupo de visionarios laicos, miembros del clero y autoridades locales de entonces se dieron a la titánica tarea de crear un colegio para varones. Para entonces despuntaba el siglo XX y una vez superados los escollos propios de la época, el colegio se afianzó y en la década de los treinta graduó los primeros bachilleres, muchos de los cuales con el paso de los años han descollado en diversas actividades, el más ilustre de sus exalumnos es Virgilio Barco graduado en 1936 quien llegara a la presidencia de la república en 1986, lo acompañan una larga lista de graduados en la se destacan profesionales en las más diversas actividades del acontecer cucuteño y nacional.
El colegio en su ya larga vida ha estado regentado por los Hermanos de las Escuelas Cristianas, cuya conducción ha sido fundamental para su desarrollo, ellos le han sabido imprimir su carácter de institución de letras y ciencia forjando jóvenes en el marco de la fe católica y los valores de formación lasallistas: Fe, Fraternidad, Justicia, Compromiso y Servicio. Bajo sus lineamientos se han educado miles de cucuteños al mismo tiempo que se ha distinguido como semillero de basquetbolistas que han engrosado las filas de la selección Norte y de Colombia a lo largo de este largo siglo de existencia.
Sorprende que el colegio haya crecido tanto, no solo en número de estudiantes, del medio millar a mediados de los años setenta del siglo pasado a los más de tres mil en este momento, sino en la clara inclinación a las artes, con lo cual se destaca y lo hace distinto, no solo por la banda de guerra de épocas pretéritas que migró con mucho éxito a una agrupación músico-marcial, quien desee pertenecer a la misma y tocar un instrumento ya sea liras, redoblantes, cornetas, bombardillos, tubas o bombos; debe destacarse en la parte académica. Sus actuaciones impresionan por su marcialidad y la calidad de sus interpretaciones.
Cuenta el colegio también con un grupo de danzas, una orquesta sinfónica y un coro, los cuales, en un muy afortunado ensamblaje, participaron en la fiesta del onomástico con un repertorio que incluía piezas musicales de la costa Caribe (Salsipuedes) del Pacífico (Mi Buenaventura) de España (pasodoble) y de la tierra nuestra con las brisas del Pamplonita y el momento apoteósico correspondió a la magnífica ejecución de la pieza O fortuna Carmina Burana cantada en latín del siglo XII.
Todos los corsajistas asistentes a esta espléndida función -donde también se premió a los docentes destacados, exalumnos, personal administrativo, además de recibir el colegio los honores que le hicieron el Congreso de Colombia y las autoridades departamental y municipal- salimos con “el corazón de gratitud henchidos” amén del orgullo y la emoción de pertenecer a un colegio insignia y faro de la educación primaria y secundaria en Cúcuta y el departamento.
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