El milagro ocurrió más pronto de lo que los pesimistas vaticinaban sobre la suerte que correría el equipo de fútbol que representa a la afición local en el campeonato profesional colombiano. 

Esta vez fue más efímera la permanencia en la segunda categoría, los intentos en los dos años anteriores terminaron en frustración y las ilusiones de los hinchas fueron truncadas por los resultados que no le permitieron al equipo regresar a su categoría original. 

A lo largo de este año el desempeño del Cúcuta Deportivo en el torneo fue de lujo, los números respaldan esa actuación, con una sola derrota a lo largo de la primera fase que le significó terminar con un prolongado invicto de 22 partidos. 

En el cuadrangular final que le correspondió perdió el segundo partido en todo el año y todavía mantiene el invicto como local, aquí nadie le ha podido ganar en todo 2018.

La actuación de los motilones quedará refrendada este lunes en el partido último del año frente al Unión Magdalena, otro que regresa a la categoría A, en disputa del título del Torneo Águila del año en curso. 

Las predicciones apuntan a una victoria del Cúcuta luego de haber ganado en condición de visitante a los “bananeros” La vuelta olímpica será el epílogo de una muy buena campaña.  

Otro punto a favor es el retorno de los hinchas a las graderías del General Santander, a esta hora no hay boletas disponibles para este partido final, lo cual hace prever que habrá esa subasta cercana a las horas del partido llamada reventa, la cual nunca ha podido ser controlada por las autoridades. 

En el partido anterior se observó que la clientela en nuestro estadio creció de manera significativa para apoyar al equipo que requería de un solo punto, un empate lo ponía de forma automática en la máxima categoría. 

Por azar, vamos a pensar para evitar las suspicacias, el equipo perdió en Tuluá y tuvo que postergar esa fiesta para vivirla con los aficionados en su propio patio. 

Aunque no se copó el aforo del General, si llegó una buena cantidad de seguidores del equipo. 

La fiesta está cerca y será la cereza del postre para una campaña que tuvo ribetes de equipo grande en esta categoría a lo largo de todo el torneo, virtudes que le reconocen propios y extraños, porque no dejó dudas sobre su papel protagónico. 

Se espera que la celebración se viva con el entusiasmo y orden que corresponden, además del respeto debido para no tener que lamentar sucesos desgraciados, cuando todo debe ser algarabía. 

La mano del técnico Lucas Pusineri ha sido vital para que se dieran los buenos resultados, tanto así como lo titulo en edición reciente el periódico Marca “Se doctoró como técnico” una vez se consiguió el ascenso. 

Los hinchas esperan que sea ratificado para la próxima temporada y se refuerce el equipo con jugadores de primera línea para que mantenga su competitividad, ahora en la categoría mayor. 
 
El Cúcuta está de vuelta, es de la A, de donde nunca más debe volver a emigrar.