Leí por estos días unas declaraciones del señor alcalde de Cúcuta en las que puntualizaba: “Yo a mi mamá, desde el primer momento en que me posesioné como alcalde, le puse la de caucho, porque rebota”. No debe ser fácil ser alcalde de esta ciudad con tantos problemas, la mayoría de ellos graves, con una ciudad que recibe día a día miles de migrantes desesperados que limpian vidrios de los carros en las calles para conseguir algo de comida, otros lo hacen pidiendo limosna, algunos cantan, niñas que se prostituyen, otros roban. No es fácil ser alcalde cuando la gente le pide por montones puestos y contratos y la plata no alcanza, y ante ese panorama, algunos seguramente insultan al señor alcalde, y juzgo por sus declaraciones que se involucran con sus seres más queridos. Hasta ahí mi solidaridad con el señor alcalde.
Al otro día leo otra nota de prensa en la que el alcalde de El Zulia protesta públicamente para que el Área Metropolitana tenga autonomía para tomar sus propias decisiones. No más injerencias desde Bogotá. Decía algo así que estaba cansado de los abusos, de las órdenes que por Skype algún mandatario debe recibir de Bogotá. De manera valiente el alcalde Elkin Caballero manifestó que se sentía hastiado ante ese manejo. Ahí también me solidarizo con este alcalde, porque debe ser indignante ser mandatario de una ciudad, pero estar recibiendo órdenes por Skype de otro lado.
Durante muchos años he estudiado el tema de la administración municipal. He sido magistrado, profesor universitario, he dictado conferencias, en alguna oportunidad hasta escribí un libro, pero nunca me imaginé que hoy la mejor forma de administrar la ciudad de Cúcuta, la más sana, sea que esta administración municipal se desconecte del Skype. Así de simple, y eso lo dice mucha gente, señor alcalde de Cúcuta.
Lo que sucede alcalde es que hay mucha gente reventada en esta ciudad. Por ejemplo, le he escuchado por estos días a varias personas, que también están cansados de tanto Skype, que tienen arrendados locales a muy bajo precio para no tenerlos desocupados, y que con lo que perciben durante el año, no les alcanza ni siquiera para pagar el predial. Otro me decía que tenía un edificio, y por algo de lo mismo, estaba pensando en destruir el edificio y tratar de iniciar algún nuevo proyecto diferente porque no alcanza para pagar el predial. Me da la impresión que de estos temas no se habla por Skype.
Cúcuta, de manera insólita, es una de las ciudades que paga las tarifas más altas de alumbrado público en el país. Entiendo que las del aseo también están por las nubes, y la recesión y desaceleración económica en el país está lejos de terminase en los próximos meses. Todo lo contrario, Duque recibe una economía que tiene la “olla raspada”, y el presupuesto nacional tiene un déficit cercano a los 26 billones de pesos, y por ello, en cualquier momento nos viene otra reforma tributaria que la gente no aguanta más, y lo único cierto, en una situación de crisis como la que vive Cúcuta, es generar más informalidad, más inseguridad, más pobres, más inmigrantes.
Así como bien lo dijo el alcalde de El Zulia, de sentirse hastiado con el manejo del Área Metropolitana, para enderezar los asuntos de la administración de esta ciudad, hay que desconectarse del Skype y mejor conectarse con la gente que está reventada. Llegar a ser alcalde de una ciudad como Cúcuta es una distinción y un honor al que muy pocos llegan, y por ello hay que hacer el mejor de los esfuerzos para dignificar el cargo. Hace pocos días alguien decía que ya en 30 años de elecciones populares en esta ciudad, el único alcalde con reconocimiento había sido Enrique Cuadros.
Soy de los que creo, que son tantos y tan complejos los problemas que recibió este gobierno, que los problemas de la ciudad los debemos resolver nosotros, con nuestras propias posibilidades e imaginación, y por ello, un buen paso inicial sería desconectarse del Skype, y conectarse con la gente que está jodida.