La nochebuena y el día de Navidad este año fueron totalmente extraños, tanto que se parecieron muy poco a los que vivimos cuando éramos niños o en años más recientes. Las celebraciones cambiaron de forma importante para esta fecha y eso nos hizo sentir diferentes, porque faltaron muchos miembros de la familia a la hora de la cena, unos porque no podían viajar, otros porque atendieron disciplinadamente las indicaciones de no salir de casa y evitar las reuniones familiares venidos de una y otra parte, pero también estuvieron ausentes los que definitivamente se marcharon al encuentro con el creador.
La alegría propia de la época estuvo ausente en muchos hogares, así como también los abrazos, para muchos hubo momentos de tristeza por lo que estamos viviendo. Incluso faltaron algunos regalos, porque no había recursos suficientes o porque no se pudo ir a comprarlos por las restricciones y la imperiosa necesidad de protegerse.
No obstante las dificultades, en la casa de los creyentes recibieron al niño Jesús. El niño de Belén hizo su ingreso a la reunión de quienes lo aceptaron con fe y devoción para pedirle que cese la pandemia y que la vida nuevamente cambie, vuelva al cauce normal, para el bien de todos.
La novena de aguinaldos y las reuniones que preceden de manera tradicional a estas fechas no se cancelaron y se pudieron realizar gracias a la tecnología porque fueron virtuales, esto facilitó las comunicaciones y el encuentro en la pantalla de quienes están lejos de casa y añoraban encontrarse tal como se podía hacer para estas festividades en años pretéritos.
A pesar de las advertencias de las autoridades y el clamor de los médicos, no faltaron los festejos populares que incluyeron la quema de pólvora, en algunos sectores de la ciudad y allí hubo aglomeraciones de muchas personas para compartir, estos pueden haberse convertido en una fuente de contagio del virus que causa la pandemia.
Estamos ad portas de un nuevo año, la noche del año viejo también por costumbre ha sido una ocasión para el jolgorio y la celebración en grupo. Esta es una fecha propicia para desearnos en la distancia que, el año venidero sea mejor que el actual, en el cual hemos tenido numerosos inconvenientes, no solo en la salud sino también en lo económico, con negocios que desafortunadamente cerraron o con la pérdida del empleo; han sido días de muchas dificultades, las cuales vamos a superar y seguiremos adelante.
Quienes estuvimos afectados por el virus y de manera milagrosa logramos recuperar nuestra salud, estamos agradecidos con Dios y con el espíritu renovado estamos pidiendo al creador que los enfermos recobren su estado de bienestar y que bajen las cifras de los contagiados. Confiando que pronto llegue la vacuna y estemos todos protegidos.
Son tiempos difíciles que necesitamos enfrentar con disciplina social, estricto autocuidado, con respeto por las normas, acatamiento de las disposiciones dadas por las autoridades y dando muestras de empatía con los médicos que siguen cuidando a los enfermos corriendo muchos riesgos, solo así vamos a poder decirnos entre todos ¡feliz año nuevo!
jorgepabonl@yahoo.com