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Efecto boomerang
Esta vez llevan las manos vacías, pues el dinero que portaban perdió el valor adquisitivo.
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Viernes, 16 de Diciembre de 2016

Nuevamente  el presidente Maduro ordenó cerrar la frontera con Colombia, en medio de los  acostumbrados discursos llenos de odio y  ofensa contra los colombianos, generando drama entre las personas que  a lo largo de los  puentes piden  se les permita retornar a su país. Esta vez llevan las manos vacías,  pues el dinero que portaban perdió el valor adquisitivo.

En  los puentes internacionales  la angustia aumenta,   en los bancos   las  personas forman interminables colas  para cambiar sus billetes de 100 bolívares y   en la calles  la gente se queja de  los altos precios de las cosas y la escasez de dinero. Con su acostumbrado gesto de comprensión, y para tratar de calmar los ánimos, el presidente Maduro  ordenó  a ciertas tiendas  bajar los precios hasta en un treinta por ciento y a decomisar 3.8 millones de juguetes a la empresa Kreisel para  repartirlos  a los pobres.

Pero mientras  las muestras del poder del gobierno venezolano se hacen  sentir  en estas cercanías, en  Buenos Aires la  ministra de relaciones exteriores, Delcy Rodríguez,  trató de entrar por la fuerza al palacio San Martín, donde se celebraba  la reunión de Mercosur, a la que no fue invitada,  pues desde el 2 de diciembre Venezuela  se encuentra suspendida al vencerse el plazo para adecuar las normas comerciales establecidas en el protocolo de adhesión que firmó en 2012.

Pese a que la canciller argentina,  Susana Malcorra, le había informado por escrito que no estaba invitada a la reunión, la diplomática venezolana,  en  compañía del canciller boliviano ( Bolivia está en proceso de adhesión.) y en  medio de  los  aplausos  de los seguidores kirchneristas, se abrió paso  a empujones entre la policía y los periodistas, mientras  a viva voz repetía que si no la dejaban entrar por la puerta  entraría  por la ventana.

La insistencia en medio de gritos, fuerza y amenazas  le permitió   abrirse paso  y logró entrar al palacio  San Martin con la intención  de reunirse  con sus colegas de  Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Sin embargo,  sus deseos se frustraron pues al abrirse las puertas   del salón donde se celebraba la reunión, las sillas estaban vacías pues sus colegas ya habían dado por terminado el encuentro y  estaban almorzando fuera del edificio. Allí tampoco fue invitada. 

Este es un buen ejemplo del efecto boomerang, del que queda claro que lo que cosechamos se nos  devuelve, ya sea de las mismas personas o de otras diferentes. Mientras aquí muchas personas se ven en la necesidad de utilizar las trochas, en Buenos Aires, la canciller,  Delcy Rodríguez, estuvo a punto de entrar por la ventana. Y cuando esperaba celebrar el haber podido ingresar, encontró la sala vacía.

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