Está comenzando diciembre y pensamos en la mejor época del año porque significa pasar la hoja del calendario, periodo de vacaciones, temporada de fiesta y reencuentro con personas y tradiciones, pero allí está mezclada también la costumbre de comer un poco más y aumentar la libación de licores siempre con el riesgo de caer en excesos. Por eso es que muchos temen aumentar de peso y solo algunos tomaran previsiones para evitar estas consecuencias.
A propósito de comida, acaba de publicarse un interesante artículo producto de una investigación sobre la relación que existe entre ella y el bienestar -con referencia específicamente a la dieta mediterránea- demostrando que esta confiere felicidad en cierta medida.
Ese tipo de dieta según su propia fundación es “un estilo de vida equilibrado que recoge recetas, formas de cocinar, celebraciones, costumbres, productos típicos y actividades humanas diversas” Por tanto no es solo comida, es una forma de vida ancestral de aquella región, por lo que la UNESCO la incorporó a la lista representativa del patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad.
Esta dieta está compuesta por grasas que provienen de aceite de oliva, pescados y frutos secos, además de cereales y vegetales como base de sus recetas, acompañados de verduras frescas, hierbas aromáticas y menor cantidad de carnes rojas. Esta alimentación ha probado ser útil para reducir el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular y se ha demostrado su eficacia en la reducción en la tasa de recurrencia del infarto de miocardio en estudios conducidos y publicados por la Asociación Americana del Corazón como el Lyon Dieta Heart Study.
Pero si a las virtudes como protector contra enfermedad del corazón le agregamos que ayuda a obtener bienestar sus propiedades aumentan. Es justamente lo que el psicólogo español Darío Moreno-Agostino y su grupo de trabajo de la Universidad Autónoma de Madrid han reportado en su estudio que incluyó a 2.397 personas, mayores de edad, a quienes se les aplicaron encuestas para medir la relación entre esta dieta con el afecto positivo y negativo. Llegaron a la conclusión que los resultados obtenidos en sus investigaciones sugieren que la adherencia a un patrón dietético como la dieta mediterránea, y no solo el consumo aislado de sus componentes, se asocia con un mayor bienestar subjetivo.
De tal manera que ajustarnos lo máximo posible a este tipo de dieta no solo estaremos cuidando la salud, específicamente el corazón, sino que también nos proporcionará felicidad, es decir la satisfacción de consumir alimentos agradables y saludables a sabiendas que obtendremos efecto y afecto positivos. Pero dada la época actual, muchos dirán: buena recomendación pero aplacémosla para enero, por ahora hay que darle paso a los buñuelos y las hayacas para que no se pierda la tradición y la alegría de nuestros diciembres.