Con un comportamiento muy diferente al mostrado en anteriores presentaciones, el presidente Donald Trump se dirigió al Congreso de los Estaos Unidos en la ciudad de Washington el martes 28. Lejos de los acostumbrados insultos y la confrontación, llamó a la cordura y a dejar atrás las peleas triviales. Anunció una gran inversión en infraestructura e informó que su equipo prepara una reforma para bajar los impuestos que pagan las empresas y la clase media. Según el informe en Estados Unidos hay 94 millones de personas sin trabajo, 30 por ciento de la población, y 43 millones que viven en la pobreza. Recalcó que desde su posición como presidente el mercado accionario ha ganado casi tres billones de dólares, un record puntualizó.
El suave tono utilizado y el anuncio de la flexibilización del sistema financiero generaron optimismo entre los inversores, el cual se vio reflejado en el repunte del mercado accionario de Wall Street el miércoles pasado.
El Índice Dow Jones ganó 303 puntos, equivalentes al 1.66 por ciento, para llegar al nivel record histórico de 21.115 puntos. El Nasdaq, en el que cotizan los principales grupos tecnológicos, y el S&P 500, también vieron subir el valor de sus acciones. Mientras el precio del dólar subió, el oro y el petróleo bajaron.
Pero, pese al disparo de las transacciones en Wall Street ante la expectativa de un ambiente de negocios más favorable, la incertidumbre aún persiste, pues ha faltado claridad sobre la reforma anunciada en sanidad, los impuestos que bajarán, como se pagará la construcción del muro y de donde saldrán los recursos. En fin, ¿cómo hará el presidente Trump para cumplir tantas promesas?
Las críticas aun llueven sobre el proteccionismo anunciado, por considerarlo un peligro para la estabilidad. Hay quienes consideran que en la primera potencia mundial se está iniciando un gobierno populista, mientras en Latinoamérica varios países ya se han alejado de este sistema, como Brasil y Argentina.
Según los analistas, el informe ante el Congreso fue inconcluso, pues el primer mandatario no dijo allí lo que la noche anterior había expresado en una reunión a puerta cerrada con presentadores de televisión, la posibilidad de dar papeles a parte de los indocumentados que viven en Estados Unidos y de dar ciudadanía a los “dreamers”, los jóvenes que llegaron indocumentados de niños. Se le recriminó también que en la cifra de personas sin trabajo (94 millones) no hubiera explicado que allí hay gente jubilada y otras que no están buscando trabajo. La tasa de desempleo en el País del Norte es de 4.5 por ciento.
Siendo fieles a las estadísticas, los medios han hecho referencia a que en el discurso, que duró exactamente 60 minutos y 14 segundos, hubo 84 ovaciones y 4 reclamos audibles. Esto apenas empieza.