Sin confirmar sí lo digo: Dios no es imparcial y se le fue la mano en gallina con Barreras, nuevo presidente del Senado. No solo es médico, el poder detrás del trono, político de largo aliento; también es novelista, poeta. Un triunfador nato este vallecaucano, mirá, ve.
Si manzanillo es el que nos gana las elecciones, el médico Roy lo es con todos los juguetes. “Ha sido un estratega experto en construir la paz” dijo del mimado por las musas el presidente electo Gustavo Petro al colgarle las charreteras de mandamás del Pacto Histórico.
Con Gustavo Bolívar viene mechoniándose por el poder dentro del Pacto. Barreras fue bautizado Roy, pontífice máximo del petrismo. Es el José Obdulio de Uribe y el Luis Guillermo Echeverri, Luigi, del presidente Duque. Es bueno saber a quién enviarle la hoja de vida.
Barreras es de las vocaciones tardías del petrismo. Bolívar carga ladrillo hace tiempos. Sentirse desplazado en las aurículas del nuevo César seguramente le bajó las defensas.
Roy acaba de notificar para la posteridad en El Colombiano: “Se acabó la guachafita de trabajar dos días a la semana. Vamos a trabajar el doble. Voy a dormir en el Congreso”. (Y al asumir como presidente del Senado, en acto teatral, se quitó el saco para quedar en mangas de camisa y notificar que llegó la hora de trabajar, ¡vagos!).
Suelen decir lo mismo sus antecesores con otra ropa. No se necesita ser Nostradamus para anticipar que todo quedará en palabras, palabras, palabras.
Como uribista de primera fila, en su momento Barreras comparó al expresidente Uribe con el Libertador. De paso convirtió a Uribe en padrino de su hijo Simón.
Ha sido liberal de todos los colores. Debe tomar alguna pastilla para recordar en qué movimiento político amaneció.
Fue protagonista central de los petrovideos en los que estuvo listo para hacer el trabajo sucio de volver papilla a enemigos como Alejandro Gaviria y Fajardo. El inefable Barreras ya se tomó la foto de la reconciliación con el nuevo ministro de Educación.
La política es dinámica, según el viejo cliché. Aunque, según Barreras y cómplices del Pacto, lo malo de los petrovideos es que los hayan grabado, no el contenido. Los pájaros tirándoles a las escopetas.
Hace poco, nuestro poeta se estrenó en Medellín como el duro del petrismo. Nada de zapatos Ferragamo, como los de su gurú. Decidió marcar territorio desplazándose en socialbacanos tenis.
Llegué tarde a su poesía. Aterricé en sus versos guaqueando en la red. No lo veo entre los invitados al Festival Internacional de Poesía de Medellín. Pero “cometió” un álbum de 23 poemas: “Que la paz sea contigo”. Lo escribió en una noche. Felizmente, la noche es corta.
Para que pasen sabroso les afrijolo dos versos que desatarían la envidia de Quevedo, Shakespeare y Baudelaire juntos: “Perro guerrillero, ¿qué haces ahí en mitad del bosque?”.
En otro poema aconseja: “No repitas, loro, lo último que oiste, por si acaso. Es prudente que no digas nada”. El loro, telepronter con plumas, no ha dicho ni mu. Crece la audiencia alrededor de Barreras.