El fin de un nuevo capítulo en la historia está terminando: las ideas de liberalismo y democracia para el mundo que se abrieron con la caída del muro de Berlín en 1.989 entraron en crisis con la victoria de Donald Trump. Era lo que faltaba. Primero fue el brexit en el Reino Unido, luego el plebiscito en Colombia y ahora las elecciones de Estados Unidos.
En el mundo nadie esperaba ninguno de los tres resultados electorales, y por eso ahora está perplejo especialmente a partir de lo sucedido el martes pasado, y ahora hay temor y miedo por lo que pueda venir en el futuro próximo: que Marinne le Pen gane en Francia, e igual suceda con fuerzas ultraderechistas en Hungría y Holanda.
Se impone la fuerza sobre la razón. La democracia está siendo aplastada y el mundo le tiene miedo a Trump por lo que pueda hacer en los próximos ocho años.
La inequidad y la desigualdad social que hoy existe en los Estados Unidos es muy alta.
Hay mucha población blanca que viven en niveles de pobreza críticos, y en ello Obama, a pesar de que trató de implementar una reforma en el sistema de salud, no logró superar esa situación de desigualdad que es muy profunda.
Hay un nuevo pobre de origen blanco, sin empleo, sin seguridad social, que vive de forma miserable, en una casa de cartón o incluso que puede llegar a pasar la noche entre su propio carro, porque no tiene con que pagar un arriendo.
Esos nuevos pobres que por muchos años creímos que los había exclusivamente en América Latina, los hay también allá, en lo que fue la primera potencia, y a ellos fue a los que les llegó el mensaje de trump y por eso lo eligieron presidente.
Trump ganó con mensajes absurdos y delirantes, que es lo peor, como por ejemplo que el tema del cambio climático es un invento de los chinos para frenar la economía norteamericana.
Los mensajes estúpidos de las redes sociales le ganaron a la política.
A esos nuevos pobres que los hay también por Europa, es a los que no les llega la democracia ni el discurso liberal y menos la globalización, y son quienes están decidiendo las elecciones y el rumbo del mundo.
Hace unos meses me decían en Barcelona que habían cerca de 300 mil profesionales doctorados y con maestrías no tenían ninguna posibilidad de empleo en su país. Su única posibilidad es tratar de conseguir alguna posibilidad laboral en Alemania, desde luego que en un segundo plano.
Es lo que está viviendo también Europa a quien también asusta la cantidad de refugiados que día a día le llegan. Por eso la fuerzas de derecha se imponen, porque la democracia liberal no logró implementar políticas públicas que superaran la pobreza.
Las democracias en ese punto han fracasado, y después de Trump y Putin, el mundo está servido para que otro loco parecido a Hitler llegue a imponerse.
Las imágenes que más me han sorprendido de Trump son unas en la que hace aproximadamente cinco años, hizo un reality show con otro magnate de lucha libre. Los dos con vestido y corbata, peleándose en el piso ante un escenario de más de 20 mil aficionados eufóricos que aplaudían a los dos millonarios que se luchaban entre sí, hasta que el hoy presidente electo ganó y cobra su recompensa: le corta el pelo a su rival delante de un público que celebraba su victoria. Es de miedo, ese es el hombre que tiene las riendas del planeta.