Tal como sucede cada 4 años, el pasado martes la Plaza de Bolívar fue el escenario de reunión de presidentes, expresidentes, representantes de países, organizaciones internacionales, empresarios y políticos que asistieron como invitados a la posesión del presidente Iván Duque. La ceremonia fue todo un acto artístico con banderas de Colombia y flores por todos los lados, bandas de guerra, bandas de música y bailarines folclóricos, que prendieron el entusiasmo de los presentes y atrajeron la atención de los televidentes.
El nuevo mandatario, a sus 42 años, se convierte en el presidente electo más joven en la historia de Colombia y pertenece a la Generación X (nacidos entre 1961-1981) que se caracterizan por ser felices y activos en sus comunidades. Es entusiasta lector, cantante, deportista bailarín y mago, lo que nos lleva a pensar que siempre tendrá un as bajo la manga para las soluciones. Como dato curioso el doctor Duque pertenece al signo Leo, igual que los expresidentes Andrés Pastrana, Ernesto Samper y Juan Manuel Santos.
Y como después de la tempestad llega la calma, por estos días se escuchan los controvertidos comentarios a través de los diferentes medios de comunicación y puntos de reuniones, respecto al mensaje de los discursos y la celebración del evento en medio de viento y lluvia, que por poco pone a volar a quienes les tocó la suerte de sostener los paraguas para proteger a las personalidades.
En lo referente al discurso del presidente del Senado, Ernesto Macías, cargado de acusaciones contra el expresidente Santos, los seguidores del exmandatario hacen referencia a la película Lo que el viento se llevó (Gone with the wind), para explicar que el cargamento de acusaciones fue borrado por la fuerte brisa.
Para los amigos del presidente Duque, el fuerte viento y la brisa fue una magnífica oportunidad para demostrar su fortaleza a la hora de enfrentar las dificultades. Según los seguidores del mandatario, aquí tuvo aplicación la frase de William George Ward: El pesimista se queja del viento, el optimista espera que pase y el realista ajusta las velas. Además, la cometa vuela más cuando tiene el viento en contra.
Y, para bien de todos los colombianos, no queda otra alternativa que desearle al presidente buen viento y buena mar.