Cúcuta no ha tenido en los últimos tiempos un alcalde tan recto y tan eficiente como el ingeniero Jairo Yáñez Rodríguez, quien logró derrotar limpiamente en las últimas elecciones a las maquinarias depravadas que se habían adueñado de la ciudad ante la mirada indiferente de sus habitantes.
Lo encomiable del alcalde Yáñez no solamente es haber ganado las elecciones sin las triquiñuelas clientelistas de costumbre, sino gobernar con transparencia e independencia a una ciudad con tantos problemas y tan pocos recursos. Con una dedicación permanente, con una austeridad inusual, con un exitoso desempeño Yáñez ha logrado sanear las finanzas municipales, realizar innumerables obras nuevas y concluir muchas de las rezagadas.
Una de las estrategias con las que el Alcalde Yáñez ha logrado valiosos éxitos de su administración ha sido la de convocar a entidades sin ánimo de lucro y organismos gubernamentales de diverso orden para desarrollar conjuntamente y con ahorro de recursos programas de apoyo al emprendimiento, arborización, capacitación a ciudadanos de pocos recursos, construcción de obras de recreación, culminación de iniciativas de acción comunal, entre otros, que han movilizado la voluntad de muchos cucuteños que ven la rectitud y efectividad en la labor del gobierno municipal.
Sin embargo, esas virtudes se vuelven en contra del gobernante cuando los políticos desterrados lanzan sus estrategias para desacredita al mandatario con miras a intentar revocar su mandato y recuperar los fueros que les fueron arrebatados.
No se necesita ser muy perspicaz para saber que el sainete montado contra el alcalde no tiene otro objetivo que apropiarse nuevamente del presupuesto municipal para recuperar los abundantes dineros gastados en las elecciones, cubriendo las espaldas con dádivas a algunos comunicadores que sobreviven con el fruto de congraciarse con los poderosos depredadores.
Hacer un gobierno sin el reparto inescrupuloso del presupuesto; sin comprometer la independencia del gobernante a cambio del apoyo de los politiqueros; sin firmar contratos leoninos contra el municipio, acarrea el disgusto de quienes se hacen elegir para lucrarse de los dineros públicos sin reato alguno. Es el costo de romper la utilización inmoral de los procedimientos de la democracia para engañar a los electores o lograr su apoyo mediante la compra de votos.
Es preciso que la ciudadanía de Cúcuta tenga claridad sobre lo que se pretende hacer para quitar el obstáculo a la corrupción que ha significado el desempeño de Jairo Yáñez Rodríguez. No hay que dejarse confundir de algunas voces que con una evidente parcialidad y un interés mezquino invitan a revocar su mandato y allanar el camino de regreso del perverso clientelismo que dejó a la ciudad en ruinas.
Un grupo de destacados ciudadanos está invitando a los cucuteños a manifestar su respaldo al Alcalde Yáñez para defender a la ciudad e impedir que el Palacio Municipal vuelva a ser la sede del comando delictivo que hoy actúa en la sombra. Hago un llamado desde esta modesta columna para seguir las orientaciones de quienes se oponen a la revocatoria.
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