El conteo de la población, la vivienda y la encuesta sobre las condiciones de vida de los colombianos se acabaron de realizar en el censo 2018 y cuando se conozcan los datos en su totalidad vamos a saber cuántos somos, donde vivimos y cómo hemos cambiado en nuestra composición con relación a los censos anteriores
Por ahora el Dane informa que se alcanzó un cubrimiento del 99,4% del territorio nacional en la recolección de información para consolidar el censo poblacional 2018 y ha entregado un informe preliminar.
La primera y apresurada conclusión conocidos estos resultados es que los hombres seguimos siendo menos porque las mujeres son mayoría, lo cual se refleja en las cifras, por cada 100 hombres hay 106 mujeres.
En términos relativos los hombres somos 48,6% y las mujeres 51.4% de los un poco más de 42 millones de colombianos censados. Lo cual no es para asombrarse, esta ha sido la tendencia histórica en la distribución por sexo, con muy leves modificaciones a lo largo de los últimos cincuenta años.
De los mismos datos dados a conocer se observa que la población ha variado de manera importante en su composición, ahora somos más viejos.
En 1964 predominaban los jóvenes, para entonces en el grupo de 0 a 14 años estaba el 46,6% de los habitantes, mientras que en las cifras recientes solo el 22.5% está situado en esta franja joven, los mayores de 65 años aumentaron de 3.0% a 9,2% lo cual quiere decir que se multiplicó por tres esta franja poblacional y esto significa que la expectativa de vida ha mejorado en este periodo.
Lo que sí está claro es que la mayor parte habitamos en las cabeceras municipales, la proporción alcanza al 77% y nada más el 15,2% vive en zonas rurales dispersas y los restantes 7.1% habita centros poblados.
Las difíciles condiciones de vida en el campo han hecho patente la migración de las zonas rurales a las ciudades, por muchas razones tales como la falta de oportunidades o educación, en otras ocasiones el desplazamiento forzado incide en esta variable que podría cambiar si la violencia propiciada por grupos al margen de la ley desaparece por completo, sin embargo, los hechos recientes nos dicen que esta lejos esa situación ideal.
Como el censo también es de vivienda, se sabe ya que el 62.6% vivimos en casas y el 31.9% en apartamentos.
Pero, de estos datos debería causarnos algún tipo de preocupación el hecho que al menos 42.000 personas viven actualmente en una vivienda no convencional definidas como vagones, cuevas, carpas, contenedores o refugio natural y como es de suponerse sus condiciones de vida deben ser muy difíciles en esas circunstancias.
El promedio de habitantes por vivienda es 3.1 en general cualquiera sea el tipo.
Todavía falta mucha información por consolidar y divulgar, pero lo cierto es que no somos tantos como se había dicho.
Los datos finales nos dirán cuántos somos y como vivimos en nuestra ciudad y el departamento. Lo interesante de esta información es que pueda ser utilizada por los gobiernos de todo orden para desarrollar planes que afecten positivamente a la población.