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Se quema la montaña y desde lejos nada podemos hacer” es lo expresan quienes por estos días han podido observar cómo se consume la vegetación de las montañas que marcan el límite entre las zonas rurales de Cúcuta, San Cayetano y Durania. De uno y otro lado de los cerros afectados se avistan las llamas y la humareda que se levanta y no se detiene desde hace una semana, con el consecuente impacto en el ecosistema.
Pero esto es apenas una muestra del desastre que está ocurriendo por esta época en el territorio de nuestro departamento, según las autoridades locales y regionales, se han registrado más de medio centenar de este tipo de hechos, los cuales se han presentado en mayor número durante el mes de agosto gracias a las altas temperaturas, los vientos fuertes y la falta de lluvias. En los municipios de El Zulia y Sardinata es donde han ocurrido en mayor número. Desde una vereda de este último, el sacerdote Vicente Rodríguez informó con videos cómo ardía la vegetación en ese sitio y lanzó un llamado a las autoridades para que se ocuparan de solucionar esa emergencia ambiental que estaba arrasando con toda forma de vida.
Las autoridades y específicamente la oficina de gestión del riesgo han estado enteradas de estos incendios sin que hayan podido proporcionada las ayudas para sofocar las llamas, por varias razones: la geografía montañosa, no hay vías de acceso fáciles, los recursos tecnológicos de los bomberos son reducidos y el avance de las llamas supera cualquier intento que queda finalmente en las manos de los moradores de las zonas en donde se prendió el fuego, contando con que sus herramientas y logística son reducidos y se precisan para solucionar estas emergencias.
La impotencia y la propagación del incendio han movido a los habitantes de las zonas afectadas y cercanas a manifestarse emitiendo llamados de auxilio y reclamando a las autoridades mayores esfuerzos para dar remedio a esta emergencia porque sus esfuerzos han resultado infructuosos.
Ante situaciones como esta y si suponemos que todas se han generado espontáneamente, lo prudente es tomar las previsiones necesarias para no ser provocadores de nuevos incendios. Corponor ha lanzado una campaña de la cual debemos hacer eco y consiste en no hacer fogatas y si se presenta un incendio debemos huir en dirección contraria al viento, tener en cuenta que el humo puede ser muy dañino, por lo tanto se debe respirar usando un pañuelo húmedo, tratar de ir a sitios donde haya menor vegetación y si es rodeado por el fuego situarse en donde ya se ha quemado la tierra. Deberíamos adicionar que no hay que tratar de ser héroes y la ayuda principal consiste en dar aviso oportuno a los bomberos y autoridades para que se encarguen de la situación.
Los comités de emergencia local y departamental ante esta situación suponemos que han estado evaluando la crisis que imponen las quemas que no se han podido mitigar ni extinguir para buscar una solución efectiva, porque de lo contrario las áreas devastadas por este fenómeno pueden llegar a sitios poblados, lo cual sería catastrófico.