El M19 se estrenó por los años 70 del siglo pasado con unos avisos misteriosos en que anunciaba que ya llegaba el purgante para el limpiar el país de parásitos. Querían decir que iban a combatir la corrupción económica-política. Pasaron los decenios. El M19 se desmovilizó después de cometer muchos crímenes. Nació el siglo XXI. Tan pronto dejó su carrera tenebrosa el M19 entró al gobierno. Petro fue nombrado diplomático y de allí saltó a la Cámara de Representantes, luego al Senado, posteriormente lo eligieron alcalde de Bogotá, y de nuevo senador. De iguales o semejantes mieles disfrutaron Navarro Wolf y otros guerrilleros. Es decir, se arrimaron a la teta oficial, al nido de la corrupción. En suma, la corrupción sigue hoy tan campante como en los 70.
El porqué de la alta votación de Gustavo Petro este 29 de mayo no necesita mucho análisis. Se puede simplificar si se observa que a muchos les gusta todo gratis sin trabajar, o graduarse sin estudiar. ¡Eso es también corrupción! Entonces, señores que tienen a flor de labios la bendita palabra, ¡ojo! porque pueden estar salpicados.
Respecto al doctor Enrique Gómez Martínez, quien solo obtuvo 55.500 sufragios, también la respuesta es muy sencilla: al común de la gente no le cala un tipo tan encumbrado intelectualmente, y de tan finos modales; todavía Colombia no está preparada para aceptar hombres de su talla como presidente.
Federico Gutiérrez – Fico – se anduvo por las ramas, se dejó contagiar de la blandenguería y del espíritu demasiado conciliador de Duque, y procuró que no lo involucraran con el expresidente Uribe, pero todo fue en vano.
En contraste con Fico y con Gómez, pegó Rodolfo Hernández gracias a su chabacanería. Encantó su estilo campechano, ignorantón, de madrazos, su pelea con todo el mundo y con el protocolo, y sus insultos llamando pícaro y ladrón a cuanto bicho se le atravesara, sin respetar a nadie. El pueblo raso gozaba oyéndole su boca suelta. Este sí es el de nosotros, dijo, y le correspondió brindándole una copiosa votación. A la fija, va a ser el próximo presidente de la república de Colombia. Rodolfo hizo rezagar a Fico, quien días antes era un candidato tan favorito como Petro.
Otro lugar común que va y viene: culpar a las maquinarias. ¿Cuáles maquinarias? Que las muestren y las pongan en evidencia.
Hay unas que sí son patentes como la de la gobernación de Norte de Santander, la alcaldía de Bucarasica, otras alcaldías, y ciertos institutos. Son predecibles los sucesores. ¡Compadre: ahora me toca a mí!
Valen de ejemplo también los burgomaestres avalados por el Partido Verde: ¡esa es una maquinaria! Por eso tienen seguras cuotas burocráticas las feministas, los abortistas, los ateos, los homosexuales, etc., pues ellos son sus consentidos. Ninguno de sus alcaldes se compromete a combatir la violencia porque en sus postulados está la permisibilidad de todas las manifestaciones del ser humano como expresión de la libertad. Tampoco ninguno controla los narcocultivos ni el consumo.
orlandoclavijotorrado@yahoo.es
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