El Paseo de los Próceres es el nombre menos reconocido del malecón de Cúcuta, el cual fue construido a comienzos de la década de los años ochenta del siglo pasado convirtiéndose en el mayor sitio de convergencia de los cucuteños ya bien fuera para la rumba los fines de semana, la cual recibió reconocimiento nacional o bien para la cita dominguera recorriendo la ciclovía, tal vez para disfrutar de la pista de bicicrós o de las competencias en el patinadero. Luego se promulgó un nuevo código de policía, de acuerdo con sus disposiciones se dio al traste con las ventas callejeras de cerveza, la música tuvo que apagarse y se extinguió ese sitio de diversión.
No obstante, el malecón y la Avenida Libertadores en el trecho que va entre los puentes Gaitán Durán y Benito Hernández sigue siendo sitio obligado para los habitantes de la ciudad, bien sea para dar un paseo o practicar deporte, además de servir como vía arteria que comunica dos importantes sectores de la ciudad.
Entre las obras emprendidas e inconclusas de la anterior administración municipal orientada por el ingeniero Jairo Yáñez está la remodelación del separador en esta avenida con un costo previsto inicialmente cercano a los 9 mil millones de pesos, habiéndose los trabajos el año pasado. El plazo inicial para la ejecución de la obra fue de seis meses que no se cumplió por diversas circunstancias –lo cual suele ocurrir- ese retraso dio origen a una prórroga para la entrega de la obra que debía finalizar en marzo del presente año. A la fecha no ha sido entregada, ni recibida a satisfacción por la alcaldía de Cúcuta. Lo que por ahora se observa ya que fueron retiradas las telas plásticas que la aislaban, son los jardines, rutas peatonales y ciclorutas hasta ahora construidas.
La pretensión inicial era que, mediante las remodelaciones contempladas en el proyecto en tres tramos del sector serían destinadas al ocio y esparcimiento, con el claro objetivo de revivir al Malecón para que siga siendo el lugar favorito de los cucuteños. Al hacer una revisión de las obras se observó que esta quedaría como una isla en medio de las dos calzadas de la avenida. La solución dada fueron pasos peatonales, se dispuso de cinco de ellos a lo largo de la vía con la colocación de reductores de velocidad, lo cual ha ocasionado mayor congestión vehicular y atascos en esta importante vía sobre todo en las horas pico.
La observación de alguien con algo de sentido común concluye que deberían instalarse semáforos peatonales como se usa en las grandes ciudades consideradas con el de a pie, pero esto no está contemplado por ahora, tampoco la construcción de puentes peatonales. Parece que el separador y sus reformados espacios van a quedar aislados y difícilmente podrán ser disfrutados porque las medidas adoptadas por ahora si reducen el flujo vehicular pero no se observa que haya paso de los peatones y cuando estos se arriesgan a transitar por el sendero demarcado los conductores de vehículos automotores y motocicletas no los toman en cuenta, no los respetan.
Confiamos en que la administración actual termine la intervención en este emblemático sitio de la ciudad que ojalá sirva para el disfrute de todos y nos sintamos orgullosos. Si hay que hacerle observaciones adicionales, habrá que hacerlas.