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La naturaleza nunca perdona
La fuerza natural arrasa con ricos y pobres, ateos y creyentes, izquierdistas y derechista, jóvenes y viejos.
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Viernes, 7 de Abril de 2017

Cuando apenas trascurría un año  de la tragedia ocasionada por el terremoto en Ecuador, con un saldo de 640 muertos y  4.100 heridos, y aún escuchábamos los resultados de las recientes precipitaciones en Perú con 106 muertos y 155.000 damnificados, fuimos sorprendidos el pasado fin de semana con la  noticia de la avalancha provocada por el  desbordamiento de los  ríos Mocoa, Mulato y Sancoyaco, sacando del mapa gran parte de la ciudad  de Mocoa. De los 40 barrios que conformaban el casco urbano de la capital de Putumayo, 17  fueron afectados y gran parte de estos  arrasados, dejando un saldo, hasta ahora,  de 303 personas fallecidas, según el Instituto de Medicina Legal, y entre 500 y 600 familias directamente damnificadas. 

Cada vez que estas  tragedias suceden, llega a nuestras mentes el famoso pensamiento: Dios siempre perdona, el hombre algunas veces, la naturaleza nunca. Es  tan importante este mensaje, que el papa Francisco lo resaltó  en la encíclica o Carta Solemne  que  en junio de 2015 presentó  a la iglesia y al mundo católico. La naturaleza siempre  nos hace recordar que somos vulnerables, pues al enfrentarnos a las adversidades en sus diversas manifestaciones como, tsunamis, terremotos, huracanes y tornados,  que nos pone como prueba, es humanamente imposible ganar.

La fuerza natural arrasa con ricos y pobres, ateos y creyentes, izquierdistas y derechista, jóvenes y viejos, razón, por la que tal vez, nos une y nos lleva ser más solidarios, como está sucediendo en estos momentos en Colombia. Igualmente, hace despertar a los funcionarios que con su negligencia demuestran que han olvidado sus funciones. Claro que también despierta los malos sentimientos de muchos ciudadanos que se aprovechan del dolor y la incapacidad de las personas afectadas para apoderarse  de  los escasos bienes que les han quedado.

La pregunta, casi obligada, es si esta tragedia se podía evitar. Todo parece indicar que nunca se hizo un simulacro, pese a las advertencias de muchos ciudadanos que, dada la ubicación de sus viviendas, hacían a las autoridades sobre los posibles riegos.  Además, queda demostrado que no aprendemos de situaciones catastróficas tanto nacionales como internacionales. Se nos olvida que los ríos buscan  sus antiguos cauces y de ahí la  manifiesta negligencia 

La Fiscalía General abrió investigación para establecer la presunta irresponsabilidad de varios funcionarios, tanto del municipio como del departamento, encabezados por el alcalde de Mocoa y la gobernadora del Putumayo. El organismo de control busca aclarar si autoridades locales omitieron la prevención y por tal razón puedan tener parte de culpa en la tragedia.  Vale recordar que, las Corporaciones Autónomas Regionales son la primera autoridad ambiental a nivel regional. En este caso Corpoamazonia.

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